SIEMPRE NOS QUEDARÁ MAÑANA: UNA HISTORIA BONITA

La actriz, cantante y directora italiana Paola Cortellesi dirige su primera película. Roma, años 40. Delia (Paola Cortellesi), está casada con Ivano (Valerio Mastandrea), tiene dos niños de unos 10 años, y una hija de 17, Marcella (Romana Maggiora) que sale con un chico de familia pudiente.
Esta historia nos hace viajar a Italia en los años 40, un momento donde la sociedad era profundamente machista. Delia representa a un ama de casa y madre totalmente creíble. Una mujer abnegada, pluriempleada, buena madre, siempre pendiente de agradar a su marido. Se resigna a ser maltratada por su esposo con tal de evitar un conflicto familiar. La directora transmite muy bien el tipo de ambiente entre los vecinos, pendientes sobre todo de lo que hacen los demás, las relaciones familiares, la amistad entre Delia y Marisa (Emmanuela Fannelli), la única persona que realmente la apoya. La clave de la historia está en la relación de Delia y su hija. La forma en que su hija la percibe y el futuro que Delia vaticina para la joven son los catalizadores para llevar a la protagonista a una evolución. El guion está bien escrito y nos llevará a un lugar distinto del que creíamos de forma muy hábil. Formalmente la directora utiliza recursos creativos en determinadas escenas para que la narrativa guarde una estética y un tono global amable, incluso en las partes más oscuras de la historia.
Muy bien mantenida la tensión de la larga escena final donde Delia necesita culminar una acción por encima de todo. Maravillosa la escena de apertura de Delia en su camino a hacer los recados y trabajos que nos permite de una pasada ver el barrio y entender el estilo de vida de la época. (Valoración: 7 sobre 10).


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