UNA QUINTA PORTUGUESA: SEGUNDAS OPORTUNIDADES
Avelina Prat (“Vasil”) escribe el guion y dirige este film. Fernando (Manolo Solo) es profesor, es un hombre bastante solitario casado con una mujer serbia Milena (Kasia Kapcia). Un día ella le abandona sin más explicación. Fernando se irá unos días a Portugal.
Prat hace una historia sobre sentimientos, afectos y segundas oportunidades. La clave de la película está en el personaje de Fernando interpretado por Manolo Solo, un gran actor mucho tiempo trabajando en papeles secundarios ("Tarde para la ira“, "Girasoles silvestres"), pero que en los últimos años accede en ocasiones a papeles protagonistas. Manolo Solo se mete y da credibilidad a un hombre poco social, con una vida ordenada y previsible al que un acontecimiento como el que su mujer desaparezca le trastoca la vida por completo. El personaje tomará un camino inicialmente sin rumbo donde la casualidad le hará acabar en una quinta portuguesa perteneciente a Amalia (María de Medeiros). María es una mujer independiente, culta, divertida, de mundo, un personaje atractivo opuesto en muchos aspectos al de Manolo Solo. La directora es sutil contando la historia que mantiene interesado al espectador. Hay un paso de tiempo que sin llegar a producir confusión no está bien rematado. Una historia sobre como eventos inicialmente negativos se pueden superar e incluso llevarnos a una vida muy diferente a la que podíamos prever, pero en la que conseguir la felicidad. (Valoración: 6.5 sobre 10).
Prat hace una historia sobre sentimientos, afectos y segundas oportunidades. La clave de la película está en el personaje de Fernando interpretado por Manolo Solo, un gran actor mucho tiempo trabajando en papeles secundarios ("Tarde para la ira“, "Girasoles silvestres"), pero que en los últimos años accede en ocasiones a papeles protagonistas. Manolo Solo se mete y da credibilidad a un hombre poco social, con una vida ordenada y previsible al que un acontecimiento como el que su mujer desaparezca le trastoca la vida por completo. El personaje tomará un camino inicialmente sin rumbo donde la casualidad le hará acabar en una quinta portuguesa perteneciente a Amalia (María de Medeiros). María es una mujer independiente, culta, divertida, de mundo, un personaje atractivo opuesto en muchos aspectos al de Manolo Solo. La directora es sutil contando la historia que mantiene interesado al espectador. Hay un paso de tiempo que sin llegar a producir confusión no está bien rematado. Una historia sobre como eventos inicialmente negativos se pueden superar e incluso llevarnos a una vida muy diferente a la que podíamos prever, pero en la que conseguir la felicidad. (Valoración: 6.5 sobre 10).
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