JUDY: EL INTERIOR DE UN MITO

El inglés Rupert Goold ("Una historia real") dirige esta película, adaptación libre de la obra de teatro “ End of the rainbow” de Peter Quilter sobre Judy Garland. 1968. Judy Garland (Renee Zellweger) atraviesa un difícil momento tanto a nivel profesional como personal. Su ex marido Sid Luft (Rufus Sewel) quiere la custodia de sus dos hijos y la situación financiera de Judy es grave. Anímica y físicamente la artista está devastada.
La historia se centra en los últimos meses en la vida de Judy, una época en la que la actriz hace una serie de conciertos en Londres. Está en plena decadencia, tanto con respecto a su reputación profesional, deteriorada por sus problemas con el alcohol y los barbitúricos, y muy tocada por el conflicto con su ex marido.
Aunque la acción se centra en ese año de conciertos fuera de su país, hay numerosos flashbacks a su etapa de iniciación en el cine que nos dan la información necesaria para entender la fragilidad y dependencias que Garland desarrolló desde pequeña. Es la historia de un juguete roto, una mujer constantemente expoliada por su entorno. Con una madre parásito que permitía los abusos de los estudios de la época y en particular la explotación de Louis B, Meyer, hasta un punto que produce escalofríos. Esta parte de la vida de la artista es interesantísima, resulta increíble el nivel de explotación que sufrieron también otros tantos niños prodigio (Mickey Rooney) con infancias que les causaron daños emocionales irreparables.
Un biopic con un guión correcto, donde lo que destaca es la actuación de Renee Zellweger. Es comprensible la carrera imparable de recogida de premios que está viviendo. Se ha metido profundamente en el personaje, lo aborda no desde la imitación, sino que ha hecho suyo el personaje, lo ha interiorizado, sus gestos, su forma de moverse, su forma de cantar. La actriz transmite la desolación, la soledad, la vulnerabilidad extrema de una mujer a la que parece que nadie ha dado nada, parece ser vista por los demás solo como la posibilidad de sacar algo. Un desgaste que no puede tener otro fin que el de fallecer prematuramente, enferma, abandonada.
Especialmente emotiva y demostrativa del estado emocional de la artista es la secuencia donde Judy canta en los escenarios de Londres "Over the rainbow”, su canción más famosa, y que dió lugar al símbolo gay por excelencia, la bandera del arcoíris
Una película interesante principalmente para los amantes del mito Hollywoodiense. (Valoración: 7 sobre 10)

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