"EL PASADO"
Asghar Farhadi, director y guionista iraní, es definitivamente uno de los realizadores actuales más interesantes. Además de por su calidad, por tener un estilo personal y único de hacer sus películas y tratar temas que son de interés
universal.
Nos atrapó con "Nader y Simin, una separación" que consiguió numerosos premios incluido el Oscar a mejor película extranjera 2011, y ahora nos seduce de nuevo con "El pasado". En esta ocasión nos cuenta el regreso a París de Ahmad (Ali Mosaffa) para firmar el divorcio con Marie (Berenice Bejo) que mantiene una relación seria con otro hombre, Samir, (Tahar Rahim). Se trata de un drama enmarcado en una familia desestructurada, la de Marie, y donde cada personaje ha vivido en el pasado algún suceso de gran carga emocional y que le ha generado sentimiento de culpa. Este sentimiento de culpa es el verdadero hilo conductor de la película y lo que más vincula entre si a todos los personajes. Personajes que constantemente viven la unión y la desunión, los encuentros y desencuentros, las fracturas del pasado no curadas, y que pesan sobre ellos.
A lo largo de la película cada uno de los personajes va aportando una información que permite reconstruir un suceso fundamental que marcará el futuro de todos ellos de forma implacable.
Los personajes están bien desarrollados con rasgos de personalidad marcados y los actores son perfectos para transmitirlos con total credibilidad. Ningun personaje es bueno ni malo, son todos tremendamente humanos. Y todos necesitan ayuda. Berenice Bejo, muy emocional , en realidad no ha pasado página de su relación anterior aunque se empeñe en fingir que si. Su nuevo novio, Tahar Rahim ("Un profeta"), mucho más básico, menos intelectual que Mosaffa, un personaje que quiere ser facilitador y conciliador, casi como un "consultor", aunque luego no sabe asesorarse a si mismo. Los niños, auténticas victimas de la falta de "curación emocional" de los adultos.
El realizador con un guión magnífico dosifica la información de forma extremadamente inteligente, bien medida. Siembra la duda, nos va desvelando datos, pero a la siguiente información nos vuelve a remover. La historia tiene mil requiebros. La película provoca sensaciones: desasosiego, incertidumbre y pasa la carga emocional de los personajes a la audiencia.
Nos atrapó con "Nader y Simin, una separación" que consiguió numerosos premios incluido el Oscar a mejor película extranjera 2011, y ahora nos seduce de nuevo con "El pasado". En esta ocasión nos cuenta el regreso a París de Ahmad (Ali Mosaffa) para firmar el divorcio con Marie (Berenice Bejo) que mantiene una relación seria con otro hombre, Samir, (Tahar Rahim). Se trata de un drama enmarcado en una familia desestructurada, la de Marie, y donde cada personaje ha vivido en el pasado algún suceso de gran carga emocional y que le ha generado sentimiento de culpa. Este sentimiento de culpa es el verdadero hilo conductor de la película y lo que más vincula entre si a todos los personajes. Personajes que constantemente viven la unión y la desunión, los encuentros y desencuentros, las fracturas del pasado no curadas, y que pesan sobre ellos.
A lo largo de la película cada uno de los personajes va aportando una información que permite reconstruir un suceso fundamental que marcará el futuro de todos ellos de forma implacable.
Los personajes están bien desarrollados con rasgos de personalidad marcados y los actores son perfectos para transmitirlos con total credibilidad. Ningun personaje es bueno ni malo, son todos tremendamente humanos. Y todos necesitan ayuda. Berenice Bejo, muy emocional , en realidad no ha pasado página de su relación anterior aunque se empeñe en fingir que si. Su nuevo novio, Tahar Rahim ("Un profeta"), mucho más básico, menos intelectual que Mosaffa, un personaje que quiere ser facilitador y conciliador, casi como un "consultor", aunque luego no sabe asesorarse a si mismo. Los niños, auténticas victimas de la falta de "curación emocional" de los adultos.
El realizador con un guión magnífico dosifica la información de forma extremadamente inteligente, bien medida. Siembra la duda, nos va desvelando datos, pero a la siguiente información nos vuelve a remover. La historia tiene mil requiebros. La película provoca sensaciones: desasosiego, incertidumbre y pasa la carga emocional de los personajes a la audiencia.
Asghar Farhadi aborda siempre temas de gran complejidad emocional y grandes dilemas con una gama de matices, pliegues, y sombras que tienen al espectador alerta intentando no perder ninguna señal, ninguna información ya que cualquier detalle tiene intención. Sus películas exigen un debate sobre las diferentes interpretaciones que cada uno podemos sacar y que sin tener finales declaradamente abiertos, sí permiten diferentes reconstrucciones e invitan a nuevos visionados.
En suma, una maravilla.
(Valoración: 9 sobre 10)
En suma, una maravilla.
(Valoración: 9 sobre 10)
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