13 MINUTOS PARA MATAR A HITLER: POR DEBAJO DE "EL HUNDIMIENTO"
Olivier Hirschbiegel director de la impactante "El hundimiento", vuelve a
dar vida a un suceso histórico de la época del Tercer Reich. Georg Elser (Christian Friedel), un carpintero
alemán, maquina un plan para hacer explotar una bomba en un acto público de Hitler. El plan se va al traste y Georg es detenido.
Hirschbiegel ha declarado la fuerte atracción que sintió por la
figura de este carpintero de la región de Suabia como exponente de las pocas personas que fueron capaces de rebelarse contra el horror del nazismo. Pese al título de la película, la planificación del atentado e incluso de dónde
saca el conocimiento para diseñar la bomba es casi testimonial. El director no está interesado en hacer un thriller sobre como llevar a cabo el asesinato de un alto mandatario, lo que quiere contar es el avance ideológico del nazismo en las zonas rurales de Alemania. El peso de la historia está en
narrar la evolución de Georg, de ser un hombre de mente abierta y espíritu pacífico, incluso pasivo ante la violencia practicada delante de él, a alguien capaz de planificar durante meses cómo matar a Hitler y diseñar una bomba con sus propias manos.La estructura narrativa es un clásico, contrapone al personaje en prisión sufriendo las torturas más crueles, con episodios relevantes de su vida, sucesos que por acumulación le hicieron tomar conciencia de la necesidad de acabar con Hitler. La historia personal enlazada con el increscento del nazismo resulta muy interesante, así como la relación que establece con Elsa (Kathrina Schuttler), la mujer de la que se enamora. Ambos personajes son ricos, en parte por sus imperfecciones que les dan realismo y profundidad, y además por estar muy bien interpretados. El personaje de ella, sirve también para contrastar su actitud ante lo que sucede con la de Georg. Ella tiene una postura conservadora y de superviviencia pese a sentir el mismo rechazo que él. También se establece un contraste en la actitud de los dos oficiales responsables de conseguir la confesión del preso, Nebe (Burghart Klaubnern) y Muller (Johann von Bulow) también magníficamente interpretados.
El director crea un clima claustrofóbico, angustioso, aterrador. Da miedo estar expuesto a esos niveles de crueldad profesionalizada, a la perfección en el terror. Un film que está por debajo de El hundimiento, nada sorprendente en cuanto a la forma de contar, que resulta especialmente relevante para los interesados en esa época de la historia. (Valoración: 7 sobre 10)
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