EL VICIO DEL PODER: BISTURI FINO
El director de “La gran apuesta”, Adam McAkay, escribe el guión y dirige esta película sobre el ascenso político de Dick Cheney (Christian Bale) que le llevó a ocupar diversos cargos politícos, llegando a ser vicepresidente de George W. Bush hijo (Sam Rockwell) de 2001 a 2009.
McAkay sigue su línea de hacer una radiografía de determinadas personalidades o hechos de la historia reciente americana y exponerlos al ojo público de forma rigurosa, documentada exhaustivamente, pero con una narrativa salpicada de humor corrosivo. Aquí el protagonista es el republicano Dick Cheney y su esposa Lynne (Amy Adams), una compacta pareja que comparte ambición y que irá escalando posiciones en el entorno político hasta ser el vicepresidente de USA con más poder de la historia.
Es totalmente lógico que Christian Bale haya sido galardonado con el Globo de Oro. Su transformación tiene el mérito no solo de engordar 20 kilos, sino de imitar la voz, la forma de hablar y gestualidad del político cambiando progresivamente para cubrir alrededor de 40 años de la vida de Cheney. Pero además de esas implicaciones físicas, Cheney es un personaje correoso, difícil de clasificar. Parece ser “ un buen soldado” alguien poco “peligroso”, pero que se desmarca con ideas propias (intervención en Irak) y es capaz de llevarlas a cabo. El guión cuenta muy bien ese tándem con su esposa ilustrado por escenas de la vida familiar muy bien elegidas. Los gestos de Amy hacia Bale, su forma de agarrarle, de dirigirse a él, de mirarle, les hacen ser una pareja absolutamente convincente. Ella está a la altura interpretativa de Bale. El resto de intérpretes no se queda atrás siendo muy destacable el trabajo de Steve Carrell. Es muy buena y clave para la historia la labor de maquillaje con todos los actores, con un resultado natural, realmente no parecen estar maquillados
El guión abarca multitud de sucesos y maneja mucha información (marca de la casa), pero lo hace con agilidad. El humor que se entremezcla con la biografía del político hace que las dos horas largas se digieran bien. (Valoración: 7 sobre 10).
McAkay sigue su línea de hacer una radiografía de determinadas personalidades o hechos de la historia reciente americana y exponerlos al ojo público de forma rigurosa, documentada exhaustivamente, pero con una narrativa salpicada de humor corrosivo. Aquí el protagonista es el republicano Dick Cheney y su esposa Lynne (Amy Adams), una compacta pareja que comparte ambición y que irá escalando posiciones en el entorno político hasta ser el vicepresidente de USA con más poder de la historia.
Es totalmente lógico que Christian Bale haya sido galardonado con el Globo de Oro. Su transformación tiene el mérito no solo de engordar 20 kilos, sino de imitar la voz, la forma de hablar y gestualidad del político cambiando progresivamente para cubrir alrededor de 40 años de la vida de Cheney. Pero además de esas implicaciones físicas, Cheney es un personaje correoso, difícil de clasificar. Parece ser “ un buen soldado” alguien poco “peligroso”, pero que se desmarca con ideas propias (intervención en Irak) y es capaz de llevarlas a cabo. El guión cuenta muy bien ese tándem con su esposa ilustrado por escenas de la vida familiar muy bien elegidas. Los gestos de Amy hacia Bale, su forma de agarrarle, de dirigirse a él, de mirarle, les hacen ser una pareja absolutamente convincente. Ella está a la altura interpretativa de Bale. El resto de intérpretes no se queda atrás siendo muy destacable el trabajo de Steve Carrell. Es muy buena y clave para la historia la labor de maquillaje con todos los actores, con un resultado natural, realmente no parecen estar maquillados
El guión abarca multitud de sucesos y maneja mucha información (marca de la casa), pero lo hace con agilidad. El humor que se entremezcla con la biografía del político hace que las dos horas largas se digieran bien. (Valoración: 7 sobre 10).
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