"BLUE RUIN", CINE NEGRO CON PERSONALIDAD

El segundo largo de Jeremy Saulnier, realizador, guionista y director de fotografía, es la historia de una venganza. A partir del asesinato de sus padres años atrás, Dwight (Macon Blair) se convierte en un homeless sin rumbo, desvinculado de sus amigos y familia. La película comienza cuando Dwight recibe la noticia del cumplimiento de la condena del asesino. La salida del criminal de la cárcel es el pistoletazo de salida del protagonista para llevar a cabo la venganza, obsesión labrada durante 15 años. El argumento es sencillo y el desarrollo de la historia también, el realizador en ningún momento se desvía intentando contar nada que no sean las vicisitudes y sufrimientos del protagonista desde que salda su deuda con el asesino. Algo positivo que juega a favor de contar muy bien lo que tiene que contar.
Elemento clave en la película es el actor principal, Macon Blair, perfecto hombre anodino, insignificante, que parecería incapaz de matar una mosca y que sin embargo se nos rebela como alguien más que capaz de ensuciarse las manos con la sangre que haga falta y mantenerse a la espera de las consecuencias de declarar la guerra a una familia de criminales. Si bien puede resultar difícil de creer que este hombre tan inofensivo y pacífico sea capaz de estar 15 años esperando este momento y sobre todo, sea capaz de consumarlo, sí es cierto que están trabajados con inteligencia y buen equilibrio los detalles que nos muestran su inesperada habilidad para salir del paso y solucionar situaciones que aparentemente sólo un criminal nato podría resolver, con otros donde el personaje tiene reacciones de ciudadano "normal" con cero conocimiento sobre armas y similares lindezas. También se ilustra el lado más humano del personaje a través de algún detallito curioso como su manía de cerrar los grifos y ser ordenado incluso en casas que no son la suya.
Disfrutamos de 90 minutos bien trabajados en cuanto al ritmo y la sucesión de acontecimientos. Las escenas de acción están bien rodadas, mostrando la violencia en perfecto balance entre la estética y el realismo. Hay sólo dos paréntesis en la lucha de Dwight donde se nos cuenta algo de su vida antes y durante esa "ventana" de 15 años de desolación. Es especialmente bueno el del  reencuentro con su hermana (Amy Hargreaves), la escena de ambos en un dinning es magnífica por el diálogo y el performance de ambos actores.
Impactante y con personalidad propia (con lo difícil que es lograr eso en un género tan visitado como el cine negro), es toda la parte inicial en la que "estamos a solas" con este personaje. Un tramo con casi total ausencia de diálogos donde a partir del cambio de look de Dwight comprendemos su radical transformación vital a partir de la tragedia familiar. Su yo original y su nuevo yo a partir de un suceso devastador para él. Junto con la escena de la hermana, lo mejor del film.
(Valoración: 7 sobre 10) Ver trailer






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