EL NOVATO: DIVERTIDA Y AMABLE
Rudi Rosenberg, actor francés, dirige esta película estando también al cargo del guión. Benoit (Rephael Ghrenassia) es un chaval de unos 13 años. El y su familia se
han trasladado de El Havre a París por lo que debe comenzar en un nuevo colegio. Benoit pensará diferentes estrategias para integrarse.
El director que siente un interés especial por la temática de la adolescencia, ha dado en el clavo diseñando los personajes y desarrollando la dinámica entre ellos hasta culminar la historia en la constitución del grupo. Como casi todos los directores que han sido antes actores, Rosenberg se preocupa muchísimo de crear personajes atractivos y creíbles y encontrar a los mejores actores (todos ellos noveles) para darles vida. En el grupo protagonista se juntan todos los "sobrantes", los chavales no aspiracionales: Constantin el rarito (Guillaume Cloudroussel), Joshua, el gordito que se hace el
gracioso (Joshua Raccah), una chica con un cierto nivel de discapacidad Aglee (Geraldine Martineau) y Benoit, que es un
poco tímido y el nuevo en el instituto.
Dentro de un mundo totalmente "venial" pasamos por los amores, las fiestas, los trabajos en equipo, el grupito de los guay perdona vidas de la clase, es decir, todo aquello que pasa en el instituto entre los 12 y los 14 años. Aunque quizás el contexto y las situaciones que plantea el director retratan un mundo demasiado naive para lo que es la realidad de nuestros tiempos, (muestra una adolescencia más parecida a la que tuvimos los ya veteranos, que a la realidad de 2016), lo que sí cuenta muy bien la película es cómo se va fraguando la amistad, cómo va surgiendo la complicidad entre los chavales a partir de las vivencias que comparten y el nacimiento del sentimiento de grupo. Y eso es algo válido para 1990 o para 2016. También ilustra bien las diferencias y contrastes que se dan en esa edad, los que están más cerca de la infancia y los que se aproximan más a la fase adulta. Resultan especialmente divertidas las situaciones planteadas en un par de fiestas donde vemos al personaje del gordito en absoluto esplendor con sus constantes ocurrencias, así como el personaje del tío de Benoit, de unos 30 años que intenta dar consejos a los chicos para que les vaya mejor en su necesidad de integrarse.
Dentro de un mundo totalmente "venial" pasamos por los amores, las fiestas, los trabajos en equipo, el grupito de los guay perdona vidas de la clase, es decir, todo aquello que pasa en el instituto entre los 12 y los 14 años. Aunque quizás el contexto y las situaciones que plantea el director retratan un mundo demasiado naive para lo que es la realidad de nuestros tiempos, (muestra una adolescencia más parecida a la que tuvimos los ya veteranos, que a la realidad de 2016), lo que sí cuenta muy bien la película es cómo se va fraguando la amistad, cómo va surgiendo la complicidad entre los chavales a partir de las vivencias que comparten y el nacimiento del sentimiento de grupo. Y eso es algo válido para 1990 o para 2016. También ilustra bien las diferencias y contrastes que se dan en esa edad, los que están más cerca de la infancia y los que se aproximan más a la fase adulta. Resultan especialmente divertidas las situaciones planteadas en un par de fiestas donde vemos al personaje del gordito en absoluto esplendor con sus constantes ocurrencias, así como el personaje del tío de Benoit, de unos 30 años que intenta dar consejos a los chicos para que les vaya mejor en su necesidad de integrarse.
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