ROSALIE BLUM: BUEN ROLLO
El guionista francés Julien Rappenau se lanza con acierto a la dirección de esta historia basada en un cómic de Camile Jourdy. Vincent (Kyan Khohandi), vive en una pequeña capital de provincia y lleva una vida sin cambios desde hace más tiempo del que recuerda. De repente y por casualidad se encuentra con una mujer, Rosalie Blum (Noemie Luvovsky), a la que cree conocer.
Esta es una de esas historias maravillosas donde lo sentimental y el humor encajan a la perfección. Una historia sencilla de la vida cotidiana en la que cualquiera nos podemos reconocer a nosotros mismos o a alguien cercano. Rappaneau dice que la película habla sobre unos personajes cuya vida en algún momento se estancó y donde sucede algo que puede parecer nimio pero que hace que todo empiece a moverse de nuevo. Una reflexión interesante que el director ejecuta de una forma amena, cálida, llena de detallitos que la hacen humana y especial.
La estructura narrativa en episodios contados desde el punto de vista de distintos personajes, ayuda a ganar en comicidad y añade capas de información que dan mucha riqueza a la historia. El final es redondo y da sentido a varios puntos de la historia que hasta ese momento parecían triviales. El guión está muy bien engarzado.
Los personajes y quienes los interpretan son fundamentales. El director ha buscado el realismo como punto clave, personas que podrían ser "tu vecino" y que se mueven en un registro perfecto, creíbles sin resultar planos. Kholahandi un tipo encantador que por culpa de lo bueno que es está dominado por su egoísta madre, fabulosamente interpretada por Anemone, un personaje un poco histriónico que protagoniza escenas muy divertidas. La sobrina de Rosalie (Alice Isaaz) que va ganando interés según avanza la película y Rosalie, que es quien da nombre a la película y quizás es el personaje del que se podría haber sacado un poco más.
Una "feel good movie" con puntos en común con la preciosa y también francesa "La comunidad de los corazones rotos". (Valoración: 7 sobre 10).
Esta es una de esas historias maravillosas donde lo sentimental y el humor encajan a la perfección. Una historia sencilla de la vida cotidiana en la que cualquiera nos podemos reconocer a nosotros mismos o a alguien cercano. Rappaneau dice que la película habla sobre unos personajes cuya vida en algún momento se estancó y donde sucede algo que puede parecer nimio pero que hace que todo empiece a moverse de nuevo. Una reflexión interesante que el director ejecuta de una forma amena, cálida, llena de detallitos que la hacen humana y especial.
La estructura narrativa en episodios contados desde el punto de vista de distintos personajes, ayuda a ganar en comicidad y añade capas de información que dan mucha riqueza a la historia. El final es redondo y da sentido a varios puntos de la historia que hasta ese momento parecían triviales. El guión está muy bien engarzado.
Los personajes y quienes los interpretan son fundamentales. El director ha buscado el realismo como punto clave, personas que podrían ser "tu vecino" y que se mueven en un registro perfecto, creíbles sin resultar planos. Kholahandi un tipo encantador que por culpa de lo bueno que es está dominado por su egoísta madre, fabulosamente interpretada por Anemone, un personaje un poco histriónico que protagoniza escenas muy divertidas. La sobrina de Rosalie (Alice Isaaz) que va ganando interés según avanza la película y Rosalie, que es quien da nombre a la película y quizás es el personaje del que se podría haber sacado un poco más.
Una "feel good movie" con puntos en común con la preciosa y también francesa "La comunidad de los corazones rotos". (Valoración: 7 sobre 10).
Comentarios
Publicar un comentario