TOM OF FINLAND: BIOPIC INTIMISTA
El director finlandés Dome Karuskoski dirige este biopic sobre Touko Laaksonen (1920- 1991) artista finlandés gay creador de una estética propia de dibujos eróticos homosexuales. Tom of Finland era el seudónimo que usaba para firmar su trabajo.
Desde el principio la historia engancha, tanto por la calidad del guión de Aleksi Bardy que equilibra bien las diferentes épocas de la vida del protagonista y elige sucesos de cada una de ellas que nos permiten aproximarnos a su profundidad emocional, como por el carisma y buen hacer del actor que da vida a Laaksonen (Pekka Strang). El personaje está lleno de matices, es sensible, sufre, pero también tiene un fino humor. Pekka transmite muy bien todas las capas y estados de ánimo del pintor, los diferentes ciclos, siempre desde la contención. La vida en el frente durante la Segunda Guerra Mundial con un efecto devastador en él, el sufrimiento silencioso en su país durante los años en los que ser gay era delito. También la época más luminosa, en USA, donde ve con sorpresa y plenitud su imaginario hecho realidad y cómo su trabajo facilitaba la conexión entre personas.
De entre los demás actores destaca Taisto Oksanen en el rol de Alijoki, capitán de Laaksonen en la guerra y con el que volverá a encontrarse con posterioridad en un momento crítico. Un personaje bien perfilado que juega un papel importante en varios momentos de la vida de Lauksonen. Quizás el personaje más débilmente expresado es el de Veli, amante del artista interpretado por Lauri Tilkanen.
La película tiene una cuidada ambientación que consigue meternos en la época de represión y hostilidad hacia el colectivo gay en los diferentes entornos. La fotografía de Lasse Frank Johanessen aporta mucho no solo en términos estéticos, también a la narrativa ayudando a transmitir las sensaciones requeridas. En la parte que se desarrolla en Finlandia hay un predominio de colores verdes, marrones, en tonos lóbregos, sin vida, mientras que cuando el artista se desplaza a California, una época de liberación y energía positiva, la luz es brillante y los colores cálidos y vivos.
Una historia hecha con verdad, pero sin resultar escabrosa, que capta la hondura del personaje, la problemática de ser gay en aquel lugar y momento, pero más aún la del artista que necesita expresarse y para quien es vital poder compartir su obra. (Valoración: 7 sobre 10).
Desde el principio la historia engancha, tanto por la calidad del guión de Aleksi Bardy que equilibra bien las diferentes épocas de la vida del protagonista y elige sucesos de cada una de ellas que nos permiten aproximarnos a su profundidad emocional, como por el carisma y buen hacer del actor que da vida a Laaksonen (Pekka Strang). El personaje está lleno de matices, es sensible, sufre, pero también tiene un fino humor. Pekka transmite muy bien todas las capas y estados de ánimo del pintor, los diferentes ciclos, siempre desde la contención. La vida en el frente durante la Segunda Guerra Mundial con un efecto devastador en él, el sufrimiento silencioso en su país durante los años en los que ser gay era delito. También la época más luminosa, en USA, donde ve con sorpresa y plenitud su imaginario hecho realidad y cómo su trabajo facilitaba la conexión entre personas.
De entre los demás actores destaca Taisto Oksanen en el rol de Alijoki, capitán de Laaksonen en la guerra y con el que volverá a encontrarse con posterioridad en un momento crítico. Un personaje bien perfilado que juega un papel importante en varios momentos de la vida de Lauksonen. Quizás el personaje más débilmente expresado es el de Veli, amante del artista interpretado por Lauri Tilkanen.
La película tiene una cuidada ambientación que consigue meternos en la época de represión y hostilidad hacia el colectivo gay en los diferentes entornos. La fotografía de Lasse Frank Johanessen aporta mucho no solo en términos estéticos, también a la narrativa ayudando a transmitir las sensaciones requeridas. En la parte que se desarrolla en Finlandia hay un predominio de colores verdes, marrones, en tonos lóbregos, sin vida, mientras que cuando el artista se desplaza a California, una época de liberación y energía positiva, la luz es brillante y los colores cálidos y vivos.
Una historia hecha con verdad, pero sin resultar escabrosa, que capta la hondura del personaje, la problemática de ser gay en aquel lugar y momento, pero más aún la del artista que necesita expresarse y para quien es vital poder compartir su obra. (Valoración: 7 sobre 10).
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