LA ESPÍA ROJA: MUY CONVENCIONAL
El británico Trevor Nunn ("Noche de reyes o lo que vosotros querais"), muy ligado a la TV y sobre todo al teatro, (fue director de la Royal Shakespeare Company de 1968 a 1986), dirige esta película cuyo guión se basa en la novela homónima de Jennie Rooney, novela inspirada en la historia de Melita Norwood, una espía que trabajó para la KGB. Joan Stanley (Judi Dench/Sophie Cookson) es una física inglesa acusada de haber pasado información sobre la bomba atómica a Rusia durante la segunda Guerra Mundial.
El director nos acerca a esta historia que comienza en el momento presente, con la fantástica Judy Dench repleta de verdad como siempre, siendo acusada de espionaje, a flashbacks de diferentes episodios de la época de su vida en la que estuvo trabajando para los rusos. El tratamiento de esos momentos pasados es muy idealizado y aunque eso puede tener cierto sentido porque se trata de recuerdos de su juventud, momentos llenos de emociones para la protagonista, la brecha formal es muy grande. Unos años donde probablemente ocurrieron los eventos que más marcaron la vida de Joan, recuerdos donde se mezcla lo político y lo amoroso, y donde no sabemos hasta que punto la información está "modificada" por su propia mente, una verdad que le sirve para justificar sus decisiones y acciones frente a su familia y ella misma. Todos esos retazos de su juventud, por el gran peso de las relaciones que mantuvo con diferentes hombres y sobre todo por la forma en que se nos cuenta la historia, nos resultan muy "novelescos" y nos hacer dudar de cuanto de próximos están de las motivaciones reales de Melita Norwood.
Una película entretenida, con un tratamiento que resta credibilidad a la historia, donde apreciamos la interpretación de Sophie Cookson (protagonista de la saga "Kingsman"), la actriz que interpreta a Joan de joven, pero sobre todo la de Judi Dench. Interesa una reflexión que hace la protagonista sobre la mayor facilidad de hacer de espía que ella tuvo al estar las mujeres en esa época “etiquetadas” de sumisas, a las órdenes de hombres, de forma que se sospechaba poco de ellas, no se les suponía la capacidad de tener iniciativas y mucho menos de tipo político. (Valoración: 6 sobre 10)
El director nos acerca a esta historia que comienza en el momento presente, con la fantástica Judy Dench repleta de verdad como siempre, siendo acusada de espionaje, a flashbacks de diferentes episodios de la época de su vida en la que estuvo trabajando para los rusos. El tratamiento de esos momentos pasados es muy idealizado y aunque eso puede tener cierto sentido porque se trata de recuerdos de su juventud, momentos llenos de emociones para la protagonista, la brecha formal es muy grande. Unos años donde probablemente ocurrieron los eventos que más marcaron la vida de Joan, recuerdos donde se mezcla lo político y lo amoroso, y donde no sabemos hasta que punto la información está "modificada" por su propia mente, una verdad que le sirve para justificar sus decisiones y acciones frente a su familia y ella misma. Todos esos retazos de su juventud, por el gran peso de las relaciones que mantuvo con diferentes hombres y sobre todo por la forma en que se nos cuenta la historia, nos resultan muy "novelescos" y nos hacer dudar de cuanto de próximos están de las motivaciones reales de Melita Norwood.
Una película entretenida, con un tratamiento que resta credibilidad a la historia, donde apreciamos la interpretación de Sophie Cookson (protagonista de la saga "Kingsman"), la actriz que interpreta a Joan de joven, pero sobre todo la de Judi Dench. Interesa una reflexión que hace la protagonista sobre la mayor facilidad de hacer de espía que ella tuvo al estar las mujeres en esa época “etiquetadas” de sumisas, a las órdenes de hombres, de forma que se sospechaba poco de ellas, no se les suponía la capacidad de tener iniciativas y mucho menos de tipo político. (Valoración: 6 sobre 10)
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