TOY STORY 4: UN REGALO PARA LOS ADULTOS
El actor y guionista Josh Cooley (Nominado al Óscar como guionista de "Inside out") debuta en la dirección con la cuarta película de la saga Toy Story. Una película que ha tardado cinco años en hacerse, un prolongado esfuerzo que ha merecido la pena. El resultado es inmejorable.
Bonnie es una niña de tres años que está punto de empezar a ir al cole. Como todos los niños, Bonnie tiene unos juguetes favoritos y otros que no lo son tanto. Woody lleva un tiempo sin ser de los preferidos.
La calidad técnica de esta película es tan brutal como el de las 3 películas anteriores, donde estaba el reto era en conseguir una historia que nos volviera a sorprender. Objetivo conseguido. El guión tiene muy buen ritmo, no se alarga en exceso en ninguna parte y aúna la aventura, la diversión, el entretenimiento y ciertos mensajes tan profundos como la lectura que quiera hacer de ellos el espectador.
Uno de los motivos de que funcione muy bien es la galería de personajes donde surgen algunos
muy novedosos. El bloque de juguetes conocidos cohesionado que nunca se raja para ayudar a su líder, Woody (Tom Hanks). El vaquero como siempre encantador, en su rol de proteger a su pequeño dueño y ayudarle a pasar lo mejor posible los momentos difíciles de la infancia. Buzz Ligthyear (Tim Allen ) tan naive, tan bien intencionado como justito de luces, al que tanto inspiran sus 4 opciones de audio. El personaje de Bo (Annie Potts) que evoluciona en una chica fuerte, con iniciativa y mentalidad actual. Entre los nuevos Gabby Gabby, (Christina Hendricks) la "muñeca rota" de la tienda de antigüedades flanqueada por unos siniestros guardaespaldas clonados, y sobre todo una nueva categoría de juguete como catalizador de la historia: el juguete fabricado por un niño.
Bonnie es una niña de tres años que está punto de empezar a ir al cole. Como todos los niños, Bonnie tiene unos juguetes favoritos y otros que no lo son tanto. Woody lleva un tiempo sin ser de los preferidos.
La calidad técnica de esta película es tan brutal como el de las 3 películas anteriores, donde estaba el reto era en conseguir una historia que nos volviera a sorprender. Objetivo conseguido. El guión tiene muy buen ritmo, no se alarga en exceso en ninguna parte y aúna la aventura, la diversión, el entretenimiento y ciertos mensajes tan profundos como la lectura que quiera hacer de ellos el espectador.
Uno de los motivos de que funcione muy bien es la galería de personajes donde surgen algunos
muy novedosos. El bloque de juguetes conocidos cohesionado que nunca se raja para ayudar a su líder, Woody (Tom Hanks). El vaquero como siempre encantador, en su rol de proteger a su pequeño dueño y ayudarle a pasar lo mejor posible los momentos difíciles de la infancia. Buzz Ligthyear (Tim Allen ) tan naive, tan bien intencionado como justito de luces, al que tanto inspiran sus 4 opciones de audio. El personaje de Bo (Annie Potts) que evoluciona en una chica fuerte, con iniciativa y mentalidad actual. Entre los nuevos Gabby Gabby, (Christina Hendricks) la "muñeca rota" de la tienda de antigüedades flanqueada por unos siniestros guardaespaldas clonados, y sobre todo una nueva categoría de juguete como catalizador de la historia: el juguete fabricado por un niño.
Estos ingredientes consiguen que el film innove, pero respetando su esencia: es entrañable, divertida, a veces romántica, también con puntos de tristeza. Encontramos todos los géneros, es sorprendente la capacidad de las buenas películas de animación de conmover y abordar los grandes temas: la amistad, la lealtad, la generosidad, la aceptación de los cambios...
Un auténtico regalo para los adultos que podemos disfrutar de las emociones más puras, de conectar con la parte más bondosa de nosotros mismos. Una confesión que no se si es compartida: tengo debilidad por el plano en el que los juguetes pierden su expresión y se desmoronan" sobre el sitio donde estaban cada vez que un humano va a entrar en el cuarto. No importa cuantas veces lo vea, me encanta. (Valoración: 8. 5 sobre 10).
Un auténtico regalo para los adultos que podemos disfrutar de las emociones más puras, de conectar con la parte más bondosa de nosotros mismos. Una confesión que no se si es compartida: tengo debilidad por el plano en el que los juguetes pierden su expresión y se desmoronan" sobre el sitio donde estaban cada vez que un humano va a entrar en el cuarto. No importa cuantas veces lo vea, me encanta. (Valoración: 8. 5 sobre 10).
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