EL OLVIDO QUE SEREMOS: UN HOMBRE BUENO
Fernando Trueba ( "El artista y la modelo", "La niña de tus ojos") dirige esta película basada en la novela de Héctor Abad Faciolince, hijo de Héctor Abad Gómez que hace una semblanza de este médico y defensor de derechos humanos colombiano. Héctor Abad (Javier Cámara) es un médico y profesor de universidad en Medellín, Colombia, en los años 70. Un hombre especialista en salud pública, dedicado a la divulgación y a su amplia familia de 5 hijos. Toda su familia tiene adoración por él pero la relación con su hijo Quiquín (Juan Pablo Urrego) es especialmente próxima.
Es la primera vez que Fernando Trueba no está también al cargo del guión, firmado en este caso por su hermano David Trueba, un guion bien hecho con la dificultad de cubrir un extenso periodo de tiempo lleno de vicisitudes. En su parte inicial la historia se enfoca en la vida de Quiquín y sus recuerdos de una infancia feliz, marcada por un hogar repleto de mujeres (madre y 4 hermanas), la forma en que su padre le inculcaba sus valores y la inmensa admiración y amor del niño a su padre. Una vez arranca la historia, es en la figura del padre en la que se profundiza. La historia de la familia por acontecimientos de distintos tipos deja de ser luminosa, ligera, feliz, y va complicándose. Héctor Abad es una persona de valores y principios inquebrantables que enseguida le pasarán factura en lo laboral. Con el tiempo la complicada situación de su país le empuja a meterse en política algo que tendrá dramáticas consecuencias.
Es la primera vez que Fernando Trueba no está también al cargo del guión, firmado en este caso por su hermano David Trueba, un guion bien hecho con la dificultad de cubrir un extenso periodo de tiempo lleno de vicisitudes. En su parte inicial la historia se enfoca en la vida de Quiquín y sus recuerdos de una infancia feliz, marcada por un hogar repleto de mujeres (madre y 4 hermanas), la forma en que su padre le inculcaba sus valores y la inmensa admiración y amor del niño a su padre. Una vez arranca la historia, es en la figura del padre en la que se profundiza. La historia de la familia por acontecimientos de distintos tipos deja de ser luminosa, ligera, feliz, y va complicándose. Héctor Abad es una persona de valores y principios inquebrantables que enseguida le pasarán factura en lo laboral. Con el tiempo la complicada situación de su país le empuja a meterse en política algo que tendrá dramáticas consecuencias.
El reparto es estupendo, destacando la maravillosa la actuación de Javier Cámara, probablemente la mejor de su carrera, que ha de interpretar a una persona tan carismática y especial, con la dificultad añadida del acento colombiano que suena natural y creíble. Muy buen encaje entre Javier Cámara y el actor Nicolás Reyes Cano, que interpreta al Quiquín niño. Preciosas las numerosas escenas que retratan la vida de la familia llenas de cariño, naturalidad y calidez. Una historia muy sensible y bonita, marcada por la tristeza y la imposibilidad de comprender cómo alguien puede querer acabar con una persona cuya vida se dedicó solamente a hacer el bien. (Valoración: 7.5 sobre 10)
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