"LA TEORÍA DEL TODO", ASOMBROSA CARACTERIZACIÓN DE REDMAYNE


El realizador James Marsh, muy vinculado al mundo del documental, lleva al cine "Hacia el infinito", las memorias de Jane Wilde Hawking, la primera esposa del científico Stephen Hawking, donde narra las más de dos décadas en que el matrimonio estuvo unido. Una historia de amor, pero sobre todo una historia de superación de dos personas que contra viento y marea se resisten a no llevar a cabo sus planes vitales y profesionales pese al drama de sufrir una enfermedad tan devastadora y que en el momento del pronóstico planteaba una esperanza de vida de 2 años. 
La historia tiene interés, pero el principal atractivo del film es el trabajo de los dos actores Eddie Redmayne, y Felicity Jones (ambos nominados a los Oscar 2015). La transformación de Redmayne, que además guarda un gran parecido con el físico, es brutal, el propio Hawking declaró al ver el film que en determinados momentos creía estar viéndose a sí mismo. Es espectacular la capacidad de mostrar el progresivo deterioro físico, desde el cuerpo que finaliza totalmente desvencijado sobre sí mismo, a la deformación de su rostro, la paulatina dificultad en el habla, y el mérito de poder expresar tantos sentimientos pese a la absoluta distorsión de los rasgos faciales. Felicity Jones en el papel de Jane, también realiza un brillante trabajo (ya nos convenció en "The invisible woman"). Transmite muy bien los sucesivos momentos en que se va viendo superada por la situación, su extenuación fisica y emocional.
Es reseñable lo bien que se engarza el muy buen trabajo de guión de Anthony McCarten, con la forma de darle vida de Marsh. El guión cubre 25 años y se confecciona muy centrado en los dos personajes, pero incorporando diestramente a otros con apariciones mínimas pero claves para marcar los puntos de inflexión de la pareja según avanza la enfermedad (las conversaciones de Felicity con su madre y su suegro). El realizador construye muy bien sobre este guión, y dentro de una aproximación general sutil en la forma de narrar, sabe darle a determinadas escenas el clímax, la importancia necesaria, para que se perciba su trascendencia en la vida de los protagonistas. Por ejemplo, toda una serie de planos de la parte inicial, antes de que el propio Hawking sepa que está enfermo, donde vemos fallos de precisión del científico, aparentemente sin importancia: una taza que se le derrama, un estribo de la bici que se le escapa... cadencia que se rompe con la caída del personaje en el campus de la universidad para transmitir, aqui sí, con mucho dramatismo, ese punto de no retorno. 
La factura de la película es buena, la luz, la música de Johann Johannsson (también nominado). Marsh tiene mucho gusto para rodar, siendo la escena de la fiesta en la universidad donde se consolida el amor entre la pareja una verdadera belleza. Sin embargo, llama la atención que el personaje de Felicity no sufre una caracterización apreciable pese al largo espacio de tiempo que el film cubre. Tampoco resultan muy afortunadas las disertaciones de distintos personajes que intentan infructuosamente explicar al profano las teorías de Hawking.  
Un biopic bien construido que no busca lo lacrimógeno sino resaltar la personalidad de ambos personajes, el agudo sentido del humor de Hawking y la determinación y fortaleza de Jane y cómo juntos fueron capaces de superar lo insuperable. (Valoración: 7 sobre 10)

Comentarios

  1. Muy interesante reseña Clara. Es una de esas películas que tengo muchas ganas de ver, tanto por la propia película como por el personaje que retrata.
    Un abrazo y seguiré por aquí.

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  2. Seguro que te gusta, esta muy bien hecha. Un abrazo, Jose Vicente.

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