"LA GRAN BELLEZA"

"La gran belleza" del realizador Paolo Sorrentino, con guión de él mismo y de Umberto Contarello, es una película de sensaciones que entra por la piel, casi se deglute. Todo el relato tiene una narrativa ligeramente anárquica, especialmente al inicio, aparentemente confuso, y poco a poco el realizador va centrando la historia, de forma que el espectador entra en ella poco a poco. La historia se enfoca en el personaje de Jep Gambardella, interpretado magníficamente por Toni Servillo. Jep, de unos 60 años, escritor de una sola novela, pero de gran éxito, trabaja en una revista de crítica de arte. La película nos introduce en la vida de Jep, que se mueve en un marco exuberante de fiestas, cenas, tertulias, aristócratas decadentes y todo tipo de placeres mundanos que Sorentino nos expone con una impecable puesta en escena. En principio todo parece frívolo, superficial, vacuo, una ilustración del hedonismo de la clase alta e intelectual de Roma, un retrato de lo que entendemos por "dolce vita".  Eso es verdad, pero hay mucho más. Acidas criticas al snobismo de cierto tipo de arte contemporáneo, o a la omnipresencia de la gastronomía en cualquier conversación, y fundamentalmente temas tan profundos como la muerte, la soledad, los amores perdidos, la amistad, el paso del tiempo y lo que éste se lleva...
Estéticamente la película es un festín visual, no sólo por suceder en Roma e incluso enseñarnos rincones secretos maravillosos, sobre todo por la fotografía, el vestuario, la banda sonora; piezas perfectas para conseguir el máximo disfrute durante los 150 minutos de film.
Junto al gran y acertado componente estético, destaca el fabuloso cuadro de personajes y los actores que les dan vida. Por encima de todos, claro, el protagonista, con el espléndido Toni Servillo, alguien único, por su personalidad, por su presencia, por su sentido del humor incisivo, por su necesidad de ser preciso y sincero en los momentos más insospechados, por sus brotes de sentimiento cuando parecía tener una coraza insondable. Pero también la directora de la revista (genial esas comidas en su despacho, ese hule de flores, esos platos de pasta, esos diálogos). El amigo escritor enamorado, mucho más básico, más tosco, más primario, y tan honesto consigo mismo. Y el cardenal, y la "santina" y ...
Una película especialmente apropiada para los amantes de la estética, donde cada detalle está pensado y cuidado, y también para aquellos que gustan de historias que plantean reflexiones vitales con toques de nostalgia.
Cuando empieza la película quizás cuesta situarse o adivinar cual va a ser el mensaje, pero cuando acaba querrías más...
(Valoración: 8 sobre 10)


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