"PHILOMENA"

 No entendemos bien como el último trabajo de Stephen Frears, un melodrama más próximo a una miniserie de TV de calidad que a otras de sus películas ("Las amistades peligrosas"), pueda haber estado nominada al Oscar al mejor film. "Philomena" está basada en una historia real, la de una irlandesa que siendo muy joven se queda embarazada y tiene la "suerte" de ser acogida por unas monjas que dan cobijo a mujeres en este tipo de situación. El problema es que las monjas además de explotar a estas jóvenes, daban a sus hijos en adopción, entre ellos al de Philomena. La mujer guarda ese secreto durante 50 años, hasta que un periodista decide ayudarla a encontrar a su hijo y contar su historia. 
¿Cuál es el fallo? ¿Qué hace que una película con dos buenísimos actores que se compenetran de maravilla (Judy Dench y Steve Coogan) y basada en una historia real de interés social resulte poco satisfactoria? Como casi siempre los problemas suelen ser la consecuencia de varias causas.
Hay una parte que tiene que ver con que este tema se ha tratado con asiduidad en diferentes formatos audiovisuales en los últimos tiempos. Pese a ser tremendamente relevante y algo sobre lo que sigue siendo pertinente servir de altavoz, el espectador tiene una cierta capa inmunológica que le hace más insensible a ella.También es cierto que Frears hace un planteamiento un poco maniqueista de los personajes. Los muy buenos, nuestra Philomena y el periodista, las muy malas, las monjas. En general, los malvados deben estar especialmente bien elaborados para poder parecer personas malvadas, y no personajes malvados más propios de comics, tebeos o series de entre semana al mediodía (lo que sucede aquí). Además, y también en el área del diseño de los personajes, Frears nos proporciona un exceso de anécdotas alrededor de Philomena, por una parte para humanizar al personaje, por otra para hacer evidente su falta formación, lo constreñido de su mundo, y por tanto justificar su resignación incluso su sentimiento de culpa ante el robo de su hijo. Sin embargo, resultan demasiadas, dispersan, casi ridiculizan a la mujer y sobre todo banalizan la historia.
Podía haber resultado menos visto el ahondar en algo que el realizador trata pero solo por encima, la forma antitética de entender la vida de los dos personajes desde sus creencias o su falta de ellas (ella muy católica el agnóstico), y ese incomprensible sentimiento de culpa de Philomena, un estigma de la educación católica recibida.
En resumen, se puede esperar a ver la película cuando salga en DVD.
(Valoración: 5 sobre 10)






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