"EL CONGRESO", IMPRESIONANTES PRIMEROS 45 MINUTOS

"El congreso" de Ari Folman es una película que no deja indiferente. Aunque con una segunda parte monótona y un final decepcionante, tiene unos 45 primeros minutos magistrales. La historia se centra en una peculiar oferta que un estudio de cine le hace a una actriz reconocida (Robin Wright), artista en sus cuarenta y tantos y en claro declive. La actriz además de una carrera irregular sufre el peso y la tristeza de tener un hijo con una enfermedad degenerativa. La oferta consistiría en ceder sus derechos de imagen de forma definitiva, y a través de un innovador proceso tecnológico los estudios podrían manipular y hacer "actuar " su imagen sin contar con ella.
El argumento basado en una obra de Stanislaw Lem ("El congreso de futorología") es sumamente original, duro e impactante. LEER MÁS. La primera parte del film en imagen real (la animación se produce a partir de que la actriz es "procesada-escaneada") estremecen. El texto es brutal, se obliga al personaje de Robin a evaluar su carrera y la sucesión de decisiones profesionales e incluso personales que ha tomado, teniendo además el doble sentido de coincidir en parte con la también errática carrera de Robin WrightTodo este tramo de la película resulta devastador gracias al texto y a la interpretación de Robin que toca muchos registros. Fría y aparentemente impenetrable cuando está frente al ejecutivo de un imaginario estudio de Hollywood, muy emotiva cuando el personaje se desmorona emocionalmente. Magnífico como siempre Harvey Keitel, su leal manager que ha ejercido más de padre que de representante y también Danny Huston en el papel del típico alto ejecutivo de estudio cinematográfico, tiburón sin escrúpulos, que trata a los actores como al ganado y no se anda por las ramas. Magistrales los textos lacerantes y descarnados, la feroz crítica a la industria del cine por su falta de piedad con la edad, la manipulación de las carreras de los artistas y las concesiones que los actores se ven obligados a hacer para mantenerse en el "candelabro".
Atención a dos escenas del film. El comienzo, con un primer plano de Robin donde la vemos reaccionar a las palabras de Keitel recordándole sus reiteradas equivocaciones en la vida. El realizador se recrea en los sentimientos de ella mientras va abriendo plano hasta que aparece Keitel. Contundente. Y sobre todo la fabulosa escena del proceso de escaneo, punto álgido de la película donde Keitel y Robin con su actuación tocan el cielo con las manos. A partir de eso momento entramos en la parte de animación, la llegada de Robin al Congreso, un mundo virtual que se hace tedioso por longitud y sobre todo por lo ininteligible de la trama. Cada vez que parece que se entiende lo que sucede, el guión da un nuevo giro que desbarata la anterior hipótesis perdiéndose el interés por completo. El estilo del dibujo animado y su factura es irregular, a veces con detalles maravillosos (el paseo de madre e hijo dejando un reguero de sangre en la nieve) otras veces más torpe y en general muy lejos del listón de films como "Up". Es además una auténtica lástima perder de vista a Robin, una actriz tan bella y que emana un magnetismo que por supuesto su dibujo animado no encapsula.
Aunque la película tiene una clara curva descendente de interés desde la parte de animación en adelante, es imprescindible poder ver esa primera parte colosal y que pondrá a más de un espectador frente a frente  con su propia trayectoria y las decisiones clave de su vida. (Valoración: 6 sobre 10)






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