DEMASIADO CERCA:DESCARNADO DRAMA FAMILIAR
El ruso Kantemir Balagov dirige su primera película, distinguida con el Premio de la Crítica en la sección Un certain regard en Cannes 2017. A finales de los años 90 en el contexto de la caída de la URSS, en un pueblo del norte de Rusia, una humilde familia judía sufre el secuestro de su hijo varón y su prometida.
Nos encontramos ante un drama familiar que se desencadena a partir del secuestro del hijo y las decisiones que tomarán los padres de cara a reunir una importante cantidad de dinero. La protagonista es Ilana (Darya Zhovnar) la hija, una chica que no quiere plegarse a las reglas fijadas para las mujeres en su comunidad: trabaja en el taller de su padre, lleva vaqueros, no sale con el tipo de persona que se espera de ella. La historia ahonda en los sentimientos y deseos de ella y en la relación que tiene con los tres miembros de la familia. Cómo están definidas esas relaciones y el personaje de Ilana es lo mejor de la película que desarrolla con mucho acierto la primera mitad y decae ligeramente en su último cuarto.
Darya Zhvar, que debuta en el cine con este personaje, nos seduce desde el primer frame, siempre inmersa en luces y entornos azules, nos quedamos fascinados por este personaje de tremenda honestidad, fuerte y vulnerable a la vez. La relación que tiene con su madre (Olga Dragunova) y el duelo interpretativo de ambas destaca sobre todo lo demás. La madre tiene una actitud de reprobación constante de los comportamientos de la chica y asume que Ila debe estar al servicio de la familia. El machismo viene marcado en primera instancia por la propia madre. Todo vale en aras de salvar al hijo varón, él es el que importa.
Una historia que pone de relieve el sometimiento de la mujer y la falta de oportunidades, pero en la que también se toca el racismo, incluso de forma tangencial el conflicto checheno, asuntos para los que habría que tener más contexto. Un drama descarnado con una protagonista reseñable. (Valoración: 7 sobre 10).
Nos encontramos ante un drama familiar que se desencadena a partir del secuestro del hijo y las decisiones que tomarán los padres de cara a reunir una importante cantidad de dinero. La protagonista es Ilana (Darya Zhovnar) la hija, una chica que no quiere plegarse a las reglas fijadas para las mujeres en su comunidad: trabaja en el taller de su padre, lleva vaqueros, no sale con el tipo de persona que se espera de ella. La historia ahonda en los sentimientos y deseos de ella y en la relación que tiene con los tres miembros de la familia. Cómo están definidas esas relaciones y el personaje de Ilana es lo mejor de la película que desarrolla con mucho acierto la primera mitad y decae ligeramente en su último cuarto.
Darya Zhvar, que debuta en el cine con este personaje, nos seduce desde el primer frame, siempre inmersa en luces y entornos azules, nos quedamos fascinados por este personaje de tremenda honestidad, fuerte y vulnerable a la vez. La relación que tiene con su madre (Olga Dragunova) y el duelo interpretativo de ambas destaca sobre todo lo demás. La madre tiene una actitud de reprobación constante de los comportamientos de la chica y asume que Ila debe estar al servicio de la familia. El machismo viene marcado en primera instancia por la propia madre. Todo vale en aras de salvar al hijo varón, él es el que importa.
Una historia que pone de relieve el sometimiento de la mujer y la falta de oportunidades, pero en la que también se toca el racismo, incluso de forma tangencial el conflicto checheno, asuntos para los que habría que tener más contexto. Un drama descarnado con una protagonista reseñable. (Valoración: 7 sobre 10).
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