ALMA MATER: UN DRAMA REAL
El director y guionista belga Philippe Van Leeuw que ya otras veces se ha interesado en tratar historias sobre la injusticia ("Le jour ou Dieu est parti en voyage"), nos acerca aquí a una familia que sobrevive como puede a la guerra, encerrada en su casa en una ciudad de Siria.
Lo más fuerte de esta muy bien rodada e interpretada historia, es que nos obliga a enfrentarnos a conocer lo que hay detrás de todas esas noticias del telediario sobre países en guerra que parece forman parte del paisaje. Se han hecho y se hacen multitud de películas sobre guerras de la Primera Guerra Mundial, la Segunda y de tantas otras entre países o guerras civiles que se ubican en el frente, pero se cuenta menos veces como son las guerras "modernas" en las que no hay frente, o mejor dicho el frente está en cada esquina de cada ciudad. Van Leeuw nos traslada a lo que podría ser Damasco y nos muestra un día en la vida de una familia que espera en su casa medio desvalijada que caigan bombas, que actúen los francotiradores o casi peor, a ser asaltados en su propio domicilio, contexto que les hace vivir en un estado de constante terror, de alerta perpetúa donde cada ruido es una amenaza.
Hay dos personajes femeninos muy fuertes, Oum (Hiam Abbass), una mujer de mediana edad, madre de tres hijos que a toda costa quiere mantener una rutina semi-normal en ese estado de asedio, mantener a su familia protegida física y emocionalmente. Y Halima una chica joven Diamand Bou Abboud ("El insulto") que con su pareja y su bebé quiere emprender una nueva vida en otro lugar. Dos formas de sobrellevar la guerra bien diferentes. La joven con una actitud combativa y más idealista, mientras que la madre mayor tiene una postura defensiva, con una manera de proteger a la familia muy instintiva, casi animal, que tomará decisiones que desde fuera podrían ser discutibles pero que si somos honestos con nosotros mismos no deberíamos atrevernos a criticar. Ella parece adusta y dura, pero no es más que una armadura para no desplomarse emocionalmente. Las dos actrices junto con Mohsen Abbas como el abuelo hacen grandes interpretaciones. Sus rostros y la profunda tristeza de sus ojos nos cuentan casi todo. El abuelo hace un papel precioso casi sin diálogos donde solo su forma de besar al nieto pequeño, monta el personaje.
Una película que ha recibido varios premios y que sin duda a partir de ahora nos hará ver las noticias de forma más incomoda. (Valoración: 8 sobre 10).
Lo más fuerte de esta muy bien rodada e interpretada historia, es que nos obliga a enfrentarnos a conocer lo que hay detrás de todas esas noticias del telediario sobre países en guerra que parece forman parte del paisaje. Se han hecho y se hacen multitud de películas sobre guerras de la Primera Guerra Mundial, la Segunda y de tantas otras entre países o guerras civiles que se ubican en el frente, pero se cuenta menos veces como son las guerras "modernas" en las que no hay frente, o mejor dicho el frente está en cada esquina de cada ciudad. Van Leeuw nos traslada a lo que podría ser Damasco y nos muestra un día en la vida de una familia que espera en su casa medio desvalijada que caigan bombas, que actúen los francotiradores o casi peor, a ser asaltados en su propio domicilio, contexto que les hace vivir en un estado de constante terror, de alerta perpetúa donde cada ruido es una amenaza.
Hay dos personajes femeninos muy fuertes, Oum (Hiam Abbass), una mujer de mediana edad, madre de tres hijos que a toda costa quiere mantener una rutina semi-normal en ese estado de asedio, mantener a su familia protegida física y emocionalmente. Y Halima una chica joven Diamand Bou Abboud ("El insulto") que con su pareja y su bebé quiere emprender una nueva vida en otro lugar. Dos formas de sobrellevar la guerra bien diferentes. La joven con una actitud combativa y más idealista, mientras que la madre mayor tiene una postura defensiva, con una manera de proteger a la familia muy instintiva, casi animal, que tomará decisiones que desde fuera podrían ser discutibles pero que si somos honestos con nosotros mismos no deberíamos atrevernos a criticar. Ella parece adusta y dura, pero no es más que una armadura para no desplomarse emocionalmente. Las dos actrices junto con Mohsen Abbas como el abuelo hacen grandes interpretaciones. Sus rostros y la profunda tristeza de sus ojos nos cuentan casi todo. El abuelo hace un papel precioso casi sin diálogos donde solo su forma de besar al nieto pequeño, monta el personaje.
Una película que ha recibido varios premios y que sin duda a partir de ahora nos hará ver las noticias de forma más incomoda. (Valoración: 8 sobre 10).
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