PACIFICTION: UNIVERSO ÚNICO
El director y guionista Albert Serra ("Liberté") escribe el guion y dirige esta película estrenada en la sección oficial del festival de Cannes 2022. De Roller (Benoit Magimel) ejerce como alto comisionado francés en una isla de la Polinesia francesa. Los habitantes de la isla están preocupados porque han oído rumores de que los franceses planean hacer ensayos nucleares en la zona, inquietud que hacen saber a De Roller.
Serra tiene una forma absolutamente personal y diferente de narrar, y sobre todo de crear un mundo propio, sugerente, magnético, en el que el espectador se baña. Es posible que la historia por su constante ambigüedad tenga tantos detractores como partidarios, pero es innegable la magia del film a partir de la fotografía (Artur Tort), el tipo de plano, las ópticas que utiliza Serrat, el tempo... todo ello resulta envolvente y tremendamente seductor. Otro de sus puntos fuertes es un casting sobresaliente. Magimel, el omnipresente protagonista, perfecto como un político mediocre, poco transparente, con una forma de actuar poco profesional, y al que en el fondo parece que lo que suceda a los isleños le importa bastante poco. En cuanto al resto de actores, todos son particulares, por su aspecto físico muy único, poco visto, y una excelente caracterización y trabajo de vestuario que contribuye, como todo en el film, a construir sobre la sensación de extrañeza. Es muy interesante la importancia que cobra la noche en la historia, momento del día en el que especialmente el político intenta descubrir por si mismo conspiraciones y tramas a su alrededor. La noche construye en una sensación onírica y fascinante.
Serra tiene una forma absolutamente personal y diferente de narrar, y sobre todo de crear un mundo propio, sugerente, magnético, en el que el espectador se baña. Es posible que la historia por su constante ambigüedad tenga tantos detractores como partidarios, pero es innegable la magia del film a partir de la fotografía (Artur Tort), el tipo de plano, las ópticas que utiliza Serrat, el tempo... todo ello resulta envolvente y tremendamente seductor. Otro de sus puntos fuertes es un casting sobresaliente. Magimel, el omnipresente protagonista, perfecto como un político mediocre, poco transparente, con una forma de actuar poco profesional, y al que en el fondo parece que lo que suceda a los isleños le importa bastante poco. En cuanto al resto de actores, todos son particulares, por su aspecto físico muy único, poco visto, y una excelente caracterización y trabajo de vestuario que contribuye, como todo en el film, a construir sobre la sensación de extrañeza. Es muy interesante la importancia que cobra la noche en la historia, momento del día en el que especialmente el político intenta descubrir por si mismo conspiraciones y tramas a su alrededor. La noche construye en una sensación onírica y fascinante.
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