STELLA, VÍCTIMA Y CULPABLE: VIVIR EN EL PÁNICO
El director alemán Kilian Riedhoif ("No tendréis mi odio"), dirige este film basado en una novela de Peyer Wyden, donde se cuenta la historia de Stella Goldschlag. Alemania 1944. Stella (Paula Beer) es una joven berlinesa judía que tiene la ambición de convertirse en cantante de jazz. Stella no quiere ver cómo las cosas se están complicando para los judíos.
La historia se centra en los judíos que trabajaron para la Gestapo delatando a otros judíos. La protagonista, Stella, es una mujer con muchos contrastes en su personalidad que llevará una vida azarosa y trágica. Es una chica para la que correr riesgos tiene atractivo. Por su aspecto físico pasaba por aria, algo que ella utilizaba para adentrarse en barrios prohibidos para los judíos. Durante un tiempo se dedica a facilitar pasaportes falsos a los judíos para conseguir dinero. Una actividad que hacía sin plantearse ningún problema ético, y por la que fue arrestada por la Gestapo. Tras interrogatorios y palizas brutales, decide colaborar con la Gestapo para salvar su vida y la de sus padres. El director es hábil trasladándonos cómo era la vida adrenalínica que Stella y una de sus parejas llevaron durante su tiempo como delatores. Una relación tóxica, de amor odio, pero que les permite sobrellevar su día a día como delatores. Paula Beer brilla en sus constantes cambios de registro actoral, transmitiendo emociones extremas. Pasa del estrés al llanto, del llanto a la euforia, de la euforia al pánico...
Una chica que vive aterrorizada por la amenaza constante de ser torturada, agredida de las formas más atroces y sádicas o acabar en un campo de exterminio. Vivir en el pánico de forma sostenida no es inocuo, y esta mujer paga carísimo el sobrevivir. Imposible juzgarla. (Valoración: 7 sobre 10).
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