NOSFERATU: EXCELENTE REMAKE
El director americano Robert Eggers ("El faro", "El hombre del norte"), dirige este film, remake de “Nosferatu" de Murnau (1929). Ellen (Lily -Rose Deep), se acaba de casar con Thomas (Nicholas Hoult). La firma para la que trabaja Thomas le envía a Transilvania para gestionar la compra de una valiosa mansión con un misterioso conde Orlok /Nosferatu (Bill Skarsgard). Mientras Thomas está de viaje, Ellen, que ha sufrido ataques de nervios, pesadillas... se aloja en casa de Friedrich (Aaron Taylor- Johnson).
El guion de la película es sencillo, se desarrolla a partir de la premisa de que Orlok/Nosferatu, es un ser demoníaco que quiere tener a Ellen bajo su poder y acabar con todo aquel que se interponga, empezando por Thomas y siguiendo por los amigos de la pareja. Todo en la película trabaja para transmitir misterio, terror: espesa oscuridad, niebla, castillo medio derrumbado, y sobre todo, la bestia... El reparto es acertado, con jóvenes actores (Deep, Hoult, Taylor-Johnson) y el veterano Willem Dafoe como un médico especializado en materias relacionadas con el mal, pero donde se la jugaba el director era con Nosferatu. Una excelente composición del personaje desde la caracterización de su rostro, sus características manos - garra, el aspecto de su cuerpo, la vestimenta, hasta el trabajo actoral de Bill Skarsgard con su voz, forma de hablar, movimientos, que hace del personaje alguien aterrador, inclasificable, monstruoso, entre lo humano y lo animal. La realización es soberbia, este director se mueve muy bien en atmósferas claustrofóbicas y amenazantes como demostró especialmente en "El faro", en esta ocasión incluye con frecuencia planos de negro saturado, como grandes cortinas de oscuridad, que trasmiten ese submundo donde reina el mal, la temible sombra de Nosferatu. Pero afortunadamente la acción se discierne perfectamente. El sonido es fantástico. Un trabajo de mucha calidad. (Valoración: 7 sobre 10)
El guion de la película es sencillo, se desarrolla a partir de la premisa de que Orlok/Nosferatu, es un ser demoníaco que quiere tener a Ellen bajo su poder y acabar con todo aquel que se interponga, empezando por Thomas y siguiendo por los amigos de la pareja. Todo en la película trabaja para transmitir misterio, terror: espesa oscuridad, niebla, castillo medio derrumbado, y sobre todo, la bestia... El reparto es acertado, con jóvenes actores (Deep, Hoult, Taylor-Johnson) y el veterano Willem Dafoe como un médico especializado en materias relacionadas con el mal, pero donde se la jugaba el director era con Nosferatu. Una excelente composición del personaje desde la caracterización de su rostro, sus características manos - garra, el aspecto de su cuerpo, la vestimenta, hasta el trabajo actoral de Bill Skarsgard con su voz, forma de hablar, movimientos, que hace del personaje alguien aterrador, inclasificable, monstruoso, entre lo humano y lo animal. La realización es soberbia, este director se mueve muy bien en atmósferas claustrofóbicas y amenazantes como demostró especialmente en "El faro", en esta ocasión incluye con frecuencia planos de negro saturado, como grandes cortinas de oscuridad, que trasmiten ese submundo donde reina el mal, la temible sombra de Nosferatu. Pero afortunadamente la acción se discierne perfectamente. El sonido es fantástico. Un trabajo de mucha calidad. (Valoración: 7 sobre 10)
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