BLACK MASS: CORRECTA PERO POCO SORPRENDENTE
Scott Cooper, realizador y guionista americano conocido por "Corazón rebelde" (2009) vuelve a interesarse por una historia real, en este caso la vida de Whitey Bulger (Johnny Depp) gánsger descendiente de irlandeses y afincado en Boston que gracias a actuar como "colaborador" del FBI durante años y a partir de su amistad con el agente Connolly (Joel Edgerton), consiguió hacer crecer su poder de forma increible.
Cooper hace una aproximación a la historia muy
realista donde la ambientación está muy lograda: las localizaciones, la
forma en que aparecen los personajes de cuerpos y caras imperfectos, la dirección de fotografía. Todo aporta naturalidad y no pretende añadir la mínima estética que pueda maquillar la violencia brutal que
empapa la película. Esa naturalidad en el tratamiento y la buena elección del elenco es lo más positivo, sin embargo, la historia se desarrolla de forma demasiado monótona. Además de esta linealidad, el guión abre algunos interrogantes que aunque ocurrieran
así en la realidad, chocan al espectador: ¿cómo es posible que el hermano senador no viera afectada su carrera por tener un familiar capo de la mafia?, ¿cómo podían ser
los dos hermanos tan diferentes en tipo de vida y ética, y aún así mantener una
buena relación?, ¿cómo a partir de un pequeño suceso de la infancia, el agente Connolly del FBI puede tener tan inquebrantable fidelidad al gánster?...
El realizador está
subyugado por hacer un retrato psicológico de Whitey y marcar su principal rasgo de personalidad: el placer de ser violento. Alguien frio y cruel con todo el que se le cruza sin eximir
de ello a su círculo de colaboradores más intimos. En la definición
del personaje además aparece lo que ya tantas veces se ha ilustrado, esa brutalidad en perfecta convivencia con el valor de la familia y el amor
hacia la madre y el hermano. Johnny Depp actúa
bien (no se si para ganar el Oscar), pero su caracterización es un poco dudosa, te
fijas demasiado en ella, además de tener que buscar a Depp debajo de toda esa máscara.
El resto del reparto es sólido, destacando por su credibilidad las 2 mujeres, Dakota Johnson, esposa de Whitey, y Julianne Nicholson, esposa del agente Connolly del FBI.
La película está hecha con buenas materias primas (buenos actores,
producción de calidad, una historia interesante) pero no aporta nada reseñable. Este género que ha dado tantas
películas magníficas es un torture test del que es dificil salir bien parado. Difícil sorprender en cuanto a la forma de presentar la violencia, difícil también definir un
personaje que resulte novedoso. En los últimos tiempos quizás "Calabria" de Franzesco Munzi ha sido capaz de presentar un
aspecto diferente del mundo de la mafia. (Valoración: 7 sobre 10).
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