FENCES:TEATRO RODADO



Denzel Washington dirige su tercer film como director, una película basada en una obra de teatro de August Wilson, un dramaturgo al que esta obra le valió un Tony y un Pulitzer. Troy Maxson un hombre de mediana edad endurecido por la vida, trabaja de basurero. Es el centro de la familia: su mujer Rose (Viola Davis), sus dos hijos, Lyons (Russell Hornsby) músico y Cory (Jovan Adepo), de unos 17 años que aún vive en casa y que empieza a destacar en el deporte.
La película tiene un gran problema de base, la obra de teatro no ha sido realmente adaptada al cine. Por una parte el 80% del tiempo transcurre en el patio de la casa familiar lo que hace sentir al espectador que está viendo una representación teatral grabada, y sobre todo que la presencia y los textos de Troy son abrumadoramente largos y constantes. Resultan agotadores, apenas hay un resquicio de silencio que permita pensar en lo dicho o disfrutar a gusto de las interpretaciones, que por otra parte son excelentes.
Los personajes están bien definidos e interpretados. Denzel está muy bien en el papel de rey sol acostumbrado a campar por sus respetos en el ámbito familiar. Un hombre excesivo que apenas deja que nadie más tenga un mínimo de espacio. Está claro que esos largos monólogos, esas interminables historias que él cuenta permiten que entendamos el personaje, pero es exagerado. La interpretación  de Viola Davis es capítulo a parte. En un papel secundario pero fundamental, comunica con toda la emoción y fuerza imaginables el dolor y frustración de una mujer plegada a la personalidad dominante de su marido y que afronta de forma sacrificada lo que le sucede. 
Los mejores momentos del film se producen en la última parte que está menos capitalizada por el personaje de Troy, y donde se pone de manifiesto la metafóra del título, esas rejas/obstáculos que los personajes se ponen a sí mismos en su relación con otros, sobre todo el muro de Troy hacia sus dos hijos, que buscan incansablemente su reconocimiento.  (Valoración: 6 sobre 10)



Comentarios

  1. Sí, es un hombre excesivo dentro de un mundo mediocre de pura supervivencia. Que no ve más allá de sus propias necesidades o preocupaciones. No se prolonga en sus hijos ni comparte con su mujer.
    Es lo más triste de la obra teatral. ¿Cuántas familias no habrá así constituidas?

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