MAUDIE: SENSIBILIDAD A FLOR DE PIEL

Aisling Walsh dirige esta película basada en una historia real, la vida de Maudie Lewis, una pintora folk canadiense. Maudie (Sally Hawkins), una mujer con artritis reumatoide, vive en casa de una tía suya donde no lleva una vida agradable. Un día ve el anuncio Everett Lewis (Ethan Hawke), un pescador que busca criada. Maude ve la oportunidad de cambiar de vida.
Qué belleza de personaje el de esta mujer maltratada por su familia, víctima de una enfermedad tan dura y que vive la pintura como una forma fundamental para expresarse. Un personaje maravilloso, todo bondad, inteligente y con sentido del humor que con su perseverancia consigue superar todo tipo de obstáculos. Sally Hawkins a la que vimos como hermana de Cate Blanchett en "Blue Jasmine", hace un trabajo soberbio, un papel difícil per se que además demanda un trabajo corporal impresionante (de similar exigencia a la de Eddie Redmayne en "La teoría del todo") . Si el trabajo de Sally Hawkins es sobresaliente, el de Etan Hawke no se queda atrás. En la piel de un personaje muy alejado de los que él suele hacer, un hombre muy básico, bruto, huraño, sin ninguna habilidad social. Ethan borda con todo su body language la personalidad del pescador y la evolución positiva que sufre gracias a la generosidad de Maudie.
Los dos actores hacen un trabajo muy realista donde ellos tienen mucho mérito sumado a la sensibilidad con que la directora cuenta la historia. Walsh maneja muy bien los sentimientos y cambios que sufren los personajes. En el de ella cuenta muy bien cómo disfruta con la pintura y lo que significa para ella, algo que llena su vida y le aporta felicidad. En el caso de él tener al lado a esta mujer tan excepcional le mejora, pero en una dosis creible.
Una película de la que sales con ganas de ser mejor persona. (Valoración: 8 sobre 10).