EN CUERPO Y ALMA: ALMAS DOLIENTES

La húngara Ildiko Enyedi escribe el guión y dirige este film. María (Alexandra Borbely) llega como directora de calidad a un matadero. Allí conocerá a Endre (Geza Morcsanyi) director financiero, un hombre solitario. Por una serie de circunstancias descubren que ambos tienen el mismo sueño cada noche.
La película narra la dificultosa historia de amor entre dos personas con escasas habilidades sociales, una con un grado de rareza importante, otro con heridas del pasado. Lo más interesante y lo que mejor hace la directora es el estudio de personajes, no solo de los protagonistas, también de los secundarios (la psicóloga laboral, el amigo del trabajo de Endre, etc), donde demuestra su conocimiento del ser humano y con clarividencia define a cada uno con solo unas pinceladas y unas líneas de diálogo. El casting es muy potente, haciendo crecer los bien construidos personajes. Alexandra Borbely en un papel muy difícil porque se presenta como alguien frío y desconectado de su alrededor que demostará ser muy vulnerable. Morcsanyi con cada arruga, cada gesto, expresa lo que la vida le ha golpeado.
El argumento es original y el guión está bien desarrollado, ese juego entre ficción real con el elemento "mágico" del sueño compartido, catalizador de la historia de amor. Las situaciones se plantean con mucha sensibilidad y delicadeza,  si bien, a veces puede resultar excesivamente lenta, recreándose demasiado en cada escena. Nada es casual, el idílico sueño de los renos, la nieve, despide pureza y libertad frente al lugar donde trabajan los protagonistas un sitio lleno de muerte, sangre, confinamiento...
Visualmente está cuidadísima, con una fotografía (Mate Herbai) y dirección de arte muy bonitas.
Esta película que ganó el Oso de Oro en el Festival de Berlín y es candidata por Hungría a Película Extranjera en los Oscars puede tener muchas opciones de ganar. (Valoración: 7 sobre 10). 

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