INVITACION DE BODA:UNA PRECIOSA HISTORIA
La directora y poetisa palestina Annemarie Jacir , que fue la primera mujer en hacer un largometraje en dicho país ("La sal de este mar"), escribe el guión y dirige este film. El joven Shadi (Saleh Bakri) que vive en Italia, vuelve a Nazaret con motivo de la boda de su hermana. Acompañará a su padre (Mohammad Bakri) en la entrega de las invitaciones de la boda a los familiares.
La historia escrita y rodada por Annemarie es una auténtica preciosidad. De forma muy sencilla, tanto como lo es seguir durante un día a dos personas visitando a familiares y amigos, descubrimos la relación de un padre y un hijo, sus diferentes formas de pensar y de vivir los valores y costumbres de una cultura. El hijo que ha preferido buscar nuevos horizontes en una sociedad más moderna y liberal, el padre que defiende la tradición. Los dos personajes son muy bonitos y todas las situaciones y diálogos se tratan con una sensibilidad y humor que transmiten muy bien lo verdadero de esa relación. Los comportamientos y formas de hacer y pensar de la parte más tradicional de la sociedad palestina, la alargada sombra de la situación de ese pueblo en lo político, su escaso progreso en lo que se refiere a la calidad de vida...
Todos los actores en su sitio, destacando los dos grandes protagonistas, que por cierto son padre e hijo en la vida real, quizás eso explique su estupenda química y el amor que se respira entre ellos.
Una película que habla de las relaciones retratando la de ese padre y ese hijo que tantas veces evitan hablar de lo más importante, porque como en todas las familias, hay ciertos temas que se sortean. De cómo se contienen las manifestaciones de amor y el cariño, no tanto los enfados. El guión escrito de forma muy inteligente también habla del estado de un pueblo a través del ojo crítico de quien sale de allí, pero siempre con un profundo respeto por aquellos que decidieron quedarse. La escena final resume magnificamente la conmovedora forma de contar los sentimientos de esta estupenda directora. Absolutamente recomendable. (Valoración: 8 sobre 10).
La historia escrita y rodada por Annemarie es una auténtica preciosidad. De forma muy sencilla, tanto como lo es seguir durante un día a dos personas visitando a familiares y amigos, descubrimos la relación de un padre y un hijo, sus diferentes formas de pensar y de vivir los valores y costumbres de una cultura. El hijo que ha preferido buscar nuevos horizontes en una sociedad más moderna y liberal, el padre que defiende la tradición. Los dos personajes son muy bonitos y todas las situaciones y diálogos se tratan con una sensibilidad y humor que transmiten muy bien lo verdadero de esa relación. Los comportamientos y formas de hacer y pensar de la parte más tradicional de la sociedad palestina, la alargada sombra de la situación de ese pueblo en lo político, su escaso progreso en lo que se refiere a la calidad de vida...
Todos los actores en su sitio, destacando los dos grandes protagonistas, que por cierto son padre e hijo en la vida real, quizás eso explique su estupenda química y el amor que se respira entre ellos.
Una película que habla de las relaciones retratando la de ese padre y ese hijo que tantas veces evitan hablar de lo más importante, porque como en todas las familias, hay ciertos temas que se sortean. De cómo se contienen las manifestaciones de amor y el cariño, no tanto los enfados. El guión escrito de forma muy inteligente también habla del estado de un pueblo a través del ojo crítico de quien sale de allí, pero siempre con un profundo respeto por aquellos que decidieron quedarse. La escena final resume magnificamente la conmovedora forma de contar los sentimientos de esta estupenda directora. Absolutamente recomendable. (Valoración: 8 sobre 10).
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