MATTHIAS Y MAXIME: AMORES QUE COMPLICAN

El joven y talentoso actor, guionista y director canadiense Xavier Dolan ("Mommy"), vuelve con esta historia en la que además de escribir el guión y dirigir, es uno de los actores protagonistas. Matthias (Gabriel D'Almeida Freitas) y Maxime (Xavier Dolan) son dos amigos de la infancia. En medio de una salida con su grupo de amigos, una de las amigas les pide ayuda para acabar un corto. Deben actuar en él, haciendo una escena en la que tienen que besarse. A partir de esa experiencia, cada uno comienza a profundizar en sus sentimientos de distinta manera.
Este director, que comenzó a dirigir con solo 20 años, es muy bueno buceando en el interior más remoto de sus personajes. Aquí contrapone la forma en que los dos amigos reaccionan ante sus propias sensaciones. Con una primera parte en la que quizás se entretiene demasiado en la dinámica  del grupo de amigos al completo, hay un punto de inflexión a partir del cual fluye muy bien toda la historia. El guión, a partir de ese momento elige y desarrolla bien las escenas para ilustrar la evolución de los dos personajes tras el suceso. Está bien planteada la forma en que cada uno de los personajes transita hacia la aceptación de una realidad escondida para ellos. Dos personajes con vidas muy diferentes, uno al que la vida le va bien en lo personal en lo profesional, y que se resiste a aceptar lo inevitable. El otro con una relación difícil con su madre donde con solo un par de escenas entendemos la dificultad y el desgaste emocional del personaje. Los dos actores están bien, especialmente el propio Dolan.
Con ese punto estético tan característico de Dolan, el relato avanza muy bien y la historia es menos dramática de lo que a veces suele hacer el director. No es tan potente como "Mommy", pero sí mucho mejor que la sobre dramática  "Solo el fin del mundo". (Valoración: 7 sobre 10).






Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ACUSADO: EXCELENTE DRAMA JUDICIAL

EL CALLEJON DE LAS ALMAS PERDIDAS: PLACER CINEFILO

EL FRANCOTIRADOR: DRAMA BÉLICO DENSO EN EXCESO