EL MEDICO DE BUDAPEST: UN PUEBLO "BUCOLICO"

El húngaro Istvan Szabo ("Mephisto") escribe el guion y dirige esta película. Un cardiólogo de cierta edad, el doctor S. (Klaus María Brandauer), es jubilado de forma drástica. Al poco tiempo decide ejercer de médico de familia en su pueblo de origen, lugar donde su propio padre llevó a cabo esa misma labor.
El director cuenta la historia de un pequeño pueblo donde en realidad la vida es solo apacible en el precioso rio donde el médico y su amigo el cura se dedican a pescar. El pueblo está manejado por un alcalde que encizaña, manipula y destruye a todo aquel que no está en su bando.
Con un forma de afrontar la historia totalmente realista (desde los actores, el maquillaje, la forma de llevar la cámara) y rodada con una narrativa un tanto básica, se nos acerca a una serie de personajes que tienen protagonismo en el pueblo: la maestra que además dirige un coro de niños, el sacerdote (Karoly Eperjes), el alcalde.... El médico entra en contacto con gente que no conocía y se reencuentra con sus antiguos vecinos y amigos. La historia contrapone el espíritu romántico y puro con el que el protagonista vuelve a su pueblo a ejercer su profesión de la que sigue siendo vocacional, y la mezquindad y falta de principios de la mayor parte de los vecinos, sean unos cabecillas e instigadores y otros gregarios. Unos y otros ayudan a perpetuar las mentiras y campañas de desprestigio que se lanzan contra aquellos a los que se quiere dañar. Hay muchas emociones y sentimientos: insatisfacción por no ver cumplidos los sueños, envidia de aquellos que destacan o son diferentes, tristeza por ver como el pueblo ha ido viendo a menos... La trama va avanzando moviéndose en el inicio en un tono más ligero, pero tomando después caminos dramáticos. Lo mejor de la película es el carisma de los dos actores centrales, Brandauer y Eperjes, que transmiten muy bien la complicidad de dos amigos que comparten valores. (Valoración: 6 sobre 10).