SANTOS CRIMINALES: RETRATO DE UN GANSTER

Alan Taylor dirige esta película, pre-cuela de la mítica serie "Los Soprano", que pretende explicar los orígenes del protagonista de dicha serie, Tony Soprano, jefe de la mafia de Nueva Jersey. el creador de la serie, David Chase, trabaja en el guion del film. Anthony (Michael Gandolfini), es un chico que vive rodeado por su familia, pero para él hay una figura clave, su tío Dickie Moltisanti (Alessandro Nivola), una persona a la que admira por encima de todo.

No se puede decir que no se trate de una película bien hecha, tiene una excelente ambientación y un soberbio reparto de actores poco conocidos. Sin embargo, la historia no deja un respiro, pasan muchas cosas, quizás demasiadas. En parte el problema puede venir de que la película quiere explicar el contexto familiar de Tony, los acontecimientos significativos que tuvieron lugar en su vida y conformaron su personalidad, pero en realidad el protagonista es su tío Dickie, Tony aparece y desaparece en la historia. El personaje de Dickie tiene su profundidad, incluso tiene conciencia a ratos. La película cuenta su ascensión como jefe del clan Moltisanti y sus quebraderos de cabeza especialmente derivados de los inicios de la mafia negra. La parte más interesante es su faceta más personal, una relación extramatrimonial que es controvertida desde su origen y la relación con su padre, un maltratador. Dickie es tan duro y violento a veces como vulnerable otras, un hombre que se siente solo y necesita de alguien con quien "hacer terapia". 

Estupendas están Vera Farmiga como madre de Tony, una mujer con ciertos desequilibrios emocionales (algo que también le sucederá a Tony de adulto) y la amante de Dickie, Michela De Rossi, dos personajes secundarios a través de los cuales se entiende el rol que tenía la mujer en la familia y el trato precario que recibían en una cultura machista donde lo que ellas podían desear era totalmente irrelevante. Una buena película de gánsteres aunque un poco densa. (Valoración: 6.5)