LA ISLA ROJA: DISPERSIÓN

Robin Campillo (“120 pulsaciones por minuto”), dirige esta película. Madagascar años 70. Thomas (Charlie Vauselle ) es un niño de unos 8 años que vive con su padre Rafael (Quim Gutiérrez), su madre Colette (Nadia Tereszkiewicz) y sus hermanos en Madagascar en una base militar francesa.
Pese a la falta de claridad de dónde se quiere enfocar el director, es indiscutible el talento que tiene para transmitir sensaciones y crear algo mágico alrededor de lugares y situaciones entre personajes. Sabe capturar la atmósfera del lugar donde se desarrolla la acción, el ambiente de la familia, de las reuniones con los otros compañeros de base, las pequeñas fiestas. 
La historia inicialmente parece centrarse en la relación entre Rafael y Colette, una relación con tiras y aflojas, aunque no se llega a tener claridad de hacia donde va esa pareja. Hay más intuiciones que certezas. Pero también Campillo nos habla de la situación política de la colonia francesa en ese momento, y lo que parecen ser los inicios de malestar y reivindicación de la población. Además, parece que el punto de vista es el del niño, aunque esto no se mantiene hasta el final de la película. Thomas es un personaje adorable por su curiosidad en general y su interés concreto en el mundo adulto que da lugar a muchas secuencias llenas de encanto, como las numerosas veces en que se oculta en una caja de madera y observa clandestinamente los comportamientos de sus mayores. 
No se decide Campillo del todo por ninguna de las dos temáticas, siendo en ese sentido una historia fallida desde el guion, si bien la película tiene tantos elementos interesantes (la narración, los personajes, el reparto, la estética...) que es una película con valor suficiente como para verse.
Un director de cuyos próximos trabajos habrá que estar pendiente. (Valoración: 7 sobre 10).








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