LA ZONA DE INTERÉS: ESCALOFRIANTE
El guionista y director inglés Jonathan Glazer ("Reencarnation", "Under the skin") dirige y co-escribe el guion de esta película inspirada libremente en la novela de Martin Amis. Rudolf Hoss (Christian Friedel), comandante de Auschwitz y su esposa Hedwig (Sandra Huller), viven con sus hijos al lado del campo de exterminio. El se esfuerza en hacer bien su trabajo, de la misma forma que para ella su objetivo es crear el mejor hogar posible para que su marido y sus hijos sean felices.
Glazer no es un director demasiado prolífico, pero lo que hace marca la diferencia, tiene una forma propia de contar las historias. Él declara que lo que busca es crear sensaciones en el espectador. En esta escalofriante historia, narra la vida de este matrimonio, que si no supiéramos a qué se dedica él y qué pasó en esos campos, pensaríamos que es la vida del CEO de una multinacional que se esmera para que su empresa sea exitosa. El trabaja con celo, y ella quiere ser la esposa y madre perfecta. Su hogar funciona de forma que parece completamente ajeno a lo que sucede al otro lado del muro. Glazer no nos muestra el horror de lo que sucede en el campo, oímos los sonidos de las sirenas, algunas voces de militares, humo ... lo que nos sobrecoge es la naturalidad de ambos, especialmente de ella, que considera que lleva una vida “normal”. Vemos cómo disfruta de los fines de semana en familia, se siente privilegiada por vivir allí siendo perfectamente conocedora de lo que sucede al otro lado de su precioso y cultivado jardín. El personaje de ella va in crescendo, suceden varias cosas que nos dejan ver su personalidad. El director puso varias cámaras en los sets de rodaje evitando en general las cámaras a la vista, y primando los planos generales versus los primeros planos, de forma que los actores no sabían donde estaba la cámara, ni en qué se iba a enfocar. El resultado es la sensación de captar la cotidianidad de los personajes de forma brutal.
Glazer no es un director demasiado prolífico, pero lo que hace marca la diferencia, tiene una forma propia de contar las historias. Él declara que lo que busca es crear sensaciones en el espectador. En esta escalofriante historia, narra la vida de este matrimonio, que si no supiéramos a qué se dedica él y qué pasó en esos campos, pensaríamos que es la vida del CEO de una multinacional que se esmera para que su empresa sea exitosa. El trabaja con celo, y ella quiere ser la esposa y madre perfecta. Su hogar funciona de forma que parece completamente ajeno a lo que sucede al otro lado del muro. Glazer no nos muestra el horror de lo que sucede en el campo, oímos los sonidos de las sirenas, algunas voces de militares, humo ... lo que nos sobrecoge es la naturalidad de ambos, especialmente de ella, que considera que lleva una vida “normal”. Vemos cómo disfruta de los fines de semana en familia, se siente privilegiada por vivir allí siendo perfectamente conocedora de lo que sucede al otro lado de su precioso y cultivado jardín. El personaje de ella va in crescendo, suceden varias cosas que nos dejan ver su personalidad. El director puso varias cámaras en los sets de rodaje evitando en general las cámaras a la vista, y primando los planos generales versus los primeros planos, de forma que los actores no sabían donde estaba la cámara, ni en qué se iba a enfocar. El resultado es la sensación de captar la cotidianidad de los personajes de forma brutal.
Impresionante reseña. Qué bien escribes, maravilloso. Habrá que verla.
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