THE FLORIDA PROJECT: FELICIDAD APARENTE
Sean Baker, director que conseguió gran repercusión con "Tangarine" rodada con iPhone, dirige esta película. En una zona de moteles próxima a los parques Disney viven varios niños de familias desestructuradas que pasan el tiempo jugando a su aire. Moonee (Brooklynn Prince) de 8 años, hija de Halley (Bria Vinaite), madre soltera, es la líder de su grupo.
La forma en que Baker nos mete en esta historia aparentemente alegre y casual pero en realidad dura y profunda, es increible. Lo hace con mucha personalidad y originalidad, desde el guión y también desde la forma. Con una fotografía (Alexi Zabe) propia de Florida y de un parque de atracciones, plena luz, colores brillantes, nos va descubriendo lentamente y a capas la problemática social, la realidad de esos niños que se crían en la calle haciendo travesuras, muchas sin importancia y otras no tanto. El director resuelve con mucha inteligencia cómo contarnos ciertas cosas, entre los juegos de los niños vemos la vida de los adultos y sus consecuencia.
Los protagonistas no pueden ser más reales, más verdaderos. La joven y desastrosa madre de Moonee, interpretada por una actriz portentosa en un personaje difícil. La tienes que creer en su parte más oscura, pero sin rechazarla, sin despreciarla totalmente. Su relación con su niña es clave, la maleduca, es un mal ejemplo para ella, pero la quiere. Son más una joven inmadura que malcría a su hermanita pequeña que una madre y una hija. La compenetración de Bria con esa niña prodigio que es Brooklynn Prince es total. Brooklynn en un personaje con carácter, con desparpajo, nos deja sin palabras en toda la película pero su monólogo mientras come comida basura es de 10.Y por último Boby (Willem Dafoe), manager del hotel, conciliador por naturaleza, sabedor de la vida de todos, protector a menudo, un papel muy bonito que Dafoe aprovecha muy bien y por el que nos encantaría que ganase el Oscar.
Visualmente la película es muy atractiva y diferente, planos con encuadres y puntos de vista no habituales (con los personajes de espaldas, por ejemplo) que desprenden sencillez, como si viéramos las cosas a través de los ojos de los niños.
Es cierto que en la parte central hay quizás demasiadas escenas de los niños deambulando por el parque, pero en su globalidad la película es fantástica y su director brillante. El final es sorprendente, abierto, muy inspirador. (Valoración: 9 sobre 10)
La forma en que Baker nos mete en esta historia aparentemente alegre y casual pero en realidad dura y profunda, es increible. Lo hace con mucha personalidad y originalidad, desde el guión y también desde la forma. Con una fotografía (Alexi Zabe) propia de Florida y de un parque de atracciones, plena luz, colores brillantes, nos va descubriendo lentamente y a capas la problemática social, la realidad de esos niños que se crían en la calle haciendo travesuras, muchas sin importancia y otras no tanto. El director resuelve con mucha inteligencia cómo contarnos ciertas cosas, entre los juegos de los niños vemos la vida de los adultos y sus consecuencia.
Los protagonistas no pueden ser más reales, más verdaderos. La joven y desastrosa madre de Moonee, interpretada por una actriz portentosa en un personaje difícil. La tienes que creer en su parte más oscura, pero sin rechazarla, sin despreciarla totalmente. Su relación con su niña es clave, la maleduca, es un mal ejemplo para ella, pero la quiere. Son más una joven inmadura que malcría a su hermanita pequeña que una madre y una hija. La compenetración de Bria con esa niña prodigio que es Brooklynn Prince es total. Brooklynn en un personaje con carácter, con desparpajo, nos deja sin palabras en toda la película pero su monólogo mientras come comida basura es de 10.Y por último Boby (Willem Dafoe), manager del hotel, conciliador por naturaleza, sabedor de la vida de todos, protector a menudo, un papel muy bonito que Dafoe aprovecha muy bien y por el que nos encantaría que ganase el Oscar.
Visualmente la película es muy atractiva y diferente, planos con encuadres y puntos de vista no habituales (con los personajes de espaldas, por ejemplo) que desprenden sencillez, como si viéramos las cosas a través de los ojos de los niños.
Es cierto que en la parte central hay quizás demasiadas escenas de los niños deambulando por el parque, pero en su globalidad la película es fantástica y su director brillante. El final es sorprendente, abierto, muy inspirador. (Valoración: 9 sobre 10)
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