BOHEMIAN RHAPSODY: UN BUEN HOMENAJE
Después de varios años en fase de proyecto con diferentes actores como potenciales protagonistas e incluso dos directores implicados (Bryan Singer y Dexter Fletcher) consigue salir a la luz la película sobre Freddie Mercury con Rami Malek (serie de TV "Mister robot") en el deseado papel.
Siempre es difícil hacer un biopic de una personalidad del calibre de Freddie Mercury, alguien del que de forma masiva se sabe su forma de gesticular, moverse, hablar y sobre todo actuar. Malek ha resultado ser el actor idóneo. Sabe interpretar una historia con altas dosis de drama y sobre todo hace una muy buena caracterización del artista. Se notan las horas de trabajo puestas especialmente en el estudio corporal, en las escenas donde canta, los bailes, pasos, desplazamientos por el escenario, clava cada uno de sus gestos, etc. También es reseñable el parecido de los actores que interpretan a los otros miembros de la banda.
En cuanto al guion y la forma de enfrentarse a la vida de Mercury, es una película correcta, con un guión que se permite bastantes concesiones y simplificación de la realidad de lo sucedido, con bastantes imprecisiones (pero no graves), en aras de lograr un relato más sencillo y fluido. Cubre la parte profesional y personal hasta el glorioso concierto de Live Aid (donde la actuación de 20 minutos de Queen ha llegado a considerarse como el mejor concierto de rock de todos los tiempos), precisamente una de las escenas mejor rodadas y que más emoción consigue levantar.
La historia da cuenta de la enorme soledad que viven tan a menudo este tipo de personalidad, en este caso añadiéndose el viaje de asunción de su homosexualidad.
La película no es un “En la cuerda floja” (James Mangold), la magnífica historia sobre Johnny Cash. Debe verse como un homenaje a Freddie Mercury donde no se ha “hecho sangre” de sus fases más escabrosas, ni se cubren los últimos años del cantante enfermo, pero que interesa y en la que se disfruta de sus canciones y actuaciones más emblemáticas. Además de crear una empatía total con el personaje. (Valoración: 6 sobre 10).
En cuanto al guion y la forma de enfrentarse a la vida de Mercury, es una película correcta, con un guión que se permite bastantes concesiones y simplificación de la realidad de lo sucedido, con bastantes imprecisiones (pero no graves), en aras de lograr un relato más sencillo y fluido. Cubre la parte profesional y personal hasta el glorioso concierto de Live Aid (donde la actuación de 20 minutos de Queen ha llegado a considerarse como el mejor concierto de rock de todos los tiempos), precisamente una de las escenas mejor rodadas y que más emoción consigue levantar.
La historia da cuenta de la enorme soledad que viven tan a menudo este tipo de personalidad, en este caso añadiéndose el viaje de asunción de su homosexualidad.
La película no es un “En la cuerda floja” (James Mangold), la magnífica historia sobre Johnny Cash. Debe verse como un homenaje a Freddie Mercury donde no se ha “hecho sangre” de sus fases más escabrosas, ni se cubren los últimos años del cantante enfermo, pero que interesa y en la que se disfruta de sus canciones y actuaciones más emblemáticas. Además de crear una empatía total con el personaje. (Valoración: 6 sobre 10).
El problema de la película es que es demasiado plana. Se deja llevar por la mitomania y la historia es demasiado condescendiente con el personaje. Todo es de una superficialidad tediante, y al no profundizar en nada convierte esta cinta en un producto televisivo (y no me refiero precisamente a la televisión de hoy en dia). Pero una cosa es indiscutible: es muy muy entretenida, que no es poco.
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