SORRY WE MISSED YOU: REALIDAD EN VENA
Ken Loach ("Lloviendo piedras", "Yo, Daniel Blake") dirige esta historia con un guión de su colaborador habitual Paul Laverty que consiguió el Premio del Público a Mejor Película Europea en el Festival de San Sebastián 2019. Ricky (Kris Hitchen) es un padre de familia que para prosperar decide trabajar como autónomo en una empresa de mensajería, para ello se mete en un gasto importante comprando una furgoneta.
Las películas de Loach generan muchas sensaciones, opiniones, reacciones, pero no sorpresa, porque sabemos exactamente lo que vamos a encontrar: crítica social y política sin contemplaciones y máxima realidad en el tratamiento visual. A menudo con actores desconocidos o incluso actores amateur.
La historia ilustra cómo la presión salvaje del trabajo del cabeza de familia choca frontalmente con la estabilidad de la familia. De una forma inteligente el guión nos introduce en el día a día de cada miembro del hogar, en cómo ciertas cosas que van un poco a la deriva a partir del estrés y la falta de presencia en el hogar de los padres acaban desembocando en una bola de nieve que se agranda por momentos. Muy bien elegidos los puntos de inflexión, los momentos de encuentro y desencuentro de los personajes. Todas las reacciones son muy verdaderas.
Muy buena la interpretación de Kris Hitchen como el padre. No me convence sin embargo Debbie Honeywood como la esposa por su falta de expresividad.
Un director fiel a su estilo y temática que a sus 83 años sigue dando guerra y pone sobre la mesa la injusticia y frustración de cómo evoluciona nuestra sociedad. Una dosis de realidad incómoda garantizada. (Valoración: 7 sobre 10).
Las películas de Loach generan muchas sensaciones, opiniones, reacciones, pero no sorpresa, porque sabemos exactamente lo que vamos a encontrar: crítica social y política sin contemplaciones y máxima realidad en el tratamiento visual. A menudo con actores desconocidos o incluso actores amateur.
La historia ilustra cómo la presión salvaje del trabajo del cabeza de familia choca frontalmente con la estabilidad de la familia. De una forma inteligente el guión nos introduce en el día a día de cada miembro del hogar, en cómo ciertas cosas que van un poco a la deriva a partir del estrés y la falta de presencia en el hogar de los padres acaban desembocando en una bola de nieve que se agranda por momentos. Muy bien elegidos los puntos de inflexión, los momentos de encuentro y desencuentro de los personajes. Todas las reacciones son muy verdaderas.
Muy buena la interpretación de Kris Hitchen como el padre. No me convence sin embargo Debbie Honeywood como la esposa por su falta de expresividad.
Un director fiel a su estilo y temática que a sus 83 años sigue dando guerra y pone sobre la mesa la injusticia y frustración de cómo evoluciona nuestra sociedad. Una dosis de realidad incómoda garantizada. (Valoración: 7 sobre 10).
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