EL CAPTOR: CAMALEONICO ETHAN HAWKE
Robert Budreau ("Born to be blue") escribe el guión y dirige este film basado en un hecho real ocurrido en Estocolmo en 1973. Kaj Hansson (Etan Hawke) es un delincuente que decide llevar a cabo un secuestro en el banco de Estocolmo para conseguir la liberación de su amigo Gunnar Sorenson (Mark Strong). En el secuestro retiene a varias personas, entre ellas a Bianca (Noomi Rapace), que se enamora de Kaj.
La historia es curiosa, por una parte porque fue el suceso que dio nombre al Síndrome de Estocolmo, y por otra por lo tremendamente surrealista de los hechos, que da lugar a momentos cómicos. El director navega bien en esas aguas, enfocándose en la figura del secuestrador, un criminal "con buenos sentimientos", y reacciones imprevisibles. Un ser adorablemente naive. Budreau nunca roza el ridículo que era el claro riesgo de una historia de estas características. Gran parte del éxito es la elección de Etan Hawke como protagonista que maneja el surrealismo con naturalidad, trabaja los rasgos de la personalidad de su personaje dando lógica interna a lo que podría no tenerla. Hawke, sobre todo desde su colaboración como actor y en el guión en la saga "Antes del..." de Richard Linklater, brilla en cada intervención. Un actor versátil, valiente. Preocupado por no encasillarse, no le importa demasiado si su papel no es muy protagonista ("La verdad" de Koreeda), claramente le importa la calidad del proyecto. El hecho de que él aparezca en un film, garantiza no solo su buena actuación, también que la historia tiene algo especial. De sus trabajos más recientes destaca su interpretación en el "El reverendo", un personaje complejo, un hombre atormentado que no caía en ningún momento en los lugares comunes. En "El captor" le acompaña muy bien Noomi Rapace, conocida por la saga Millenium, en un personaje que también tiene su dificultad dado que tiene que hacer creíble el enamorarse de su propio captor.
Una película menor, pero entretenida, con unas muy buenas interpretaciones. (Valoración: 6.5 sobre 10).
La historia es curiosa, por una parte porque fue el suceso que dio nombre al Síndrome de Estocolmo, y por otra por lo tremendamente surrealista de los hechos, que da lugar a momentos cómicos. El director navega bien en esas aguas, enfocándose en la figura del secuestrador, un criminal "con buenos sentimientos", y reacciones imprevisibles. Un ser adorablemente naive. Budreau nunca roza el ridículo que era el claro riesgo de una historia de estas características. Gran parte del éxito es la elección de Etan Hawke como protagonista que maneja el surrealismo con naturalidad, trabaja los rasgos de la personalidad de su personaje dando lógica interna a lo que podría no tenerla. Hawke, sobre todo desde su colaboración como actor y en el guión en la saga "Antes del..." de Richard Linklater, brilla en cada intervención. Un actor versátil, valiente. Preocupado por no encasillarse, no le importa demasiado si su papel no es muy protagonista ("La verdad" de Koreeda), claramente le importa la calidad del proyecto. El hecho de que él aparezca en un film, garantiza no solo su buena actuación, también que la historia tiene algo especial. De sus trabajos más recientes destaca su interpretación en el "El reverendo", un personaje complejo, un hombre atormentado que no caía en ningún momento en los lugares comunes. En "El captor" le acompaña muy bien Noomi Rapace, conocida por la saga Millenium, en un personaje que también tiene su dificultad dado que tiene que hacer creíble el enamorarse de su propio captor.
Una película menor, pero entretenida, con unas muy buenas interpretaciones. (Valoración: 6.5 sobre 10).
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