BLANCO EN BLANCO: PERTURBACIÓN

El chileno Theo Court ("Ocaso") filma esta película sobe la colonización de Tierra de Fuego (Chile) a finales de siglo XIX, principios del XX. Pedro (Alfredo Castro) es un fotógrafo contratado por un terrateniente de Tierra de Fuego, el señor Porter, para que haga fotos de su novia y su futura boda. Pedro queda prendado de la novia.
El film de Court produce tales sensaciones de rechazo por lo que cuenta, que su calidad se aprecia sobre todo cuando uno se distancia un poco. Nada más finalizar de verlo el horror de lo contado anula casi cualquier otro sentimiento. Al comienzo, parece que el relato se centrará en la fascinación del retratista por la novia, una niña, pero el director en realidad nos quiere contar todo lo que la conquista de esa tierra conllevó. La colonización de esa parte de Chile es la historia de matrimonios infantiles, la aniquilación de los pobladores indígenas y el abuso sexual sistemático de mujeres y niños. El guión es inteligente al elegir como protagonista a un testigo pasivo, alguien a priori totalmente ajeno a la forma de actuar del contexto al que llega, pero que irá evolucionando según se va incorporando a la forma de vida del lugar. Ese fotógrafo quizás representa a cualquiera de nosotros cuando somos testigos de tantos atropellos que no denunciamos. Alfredo Castro es como siempre una perfecta elección, con nada lo dice todo. Justo esa capacidad de contar mucho desde la economía gestual fue lo que decidió al director a elegirle para el papel. 
La película está rodada con mucha calidad, hay una extraordinaria labor del director de fotografía, José Angel Alayón, que saca todo el partido de las impresionantes localizaciones y el tipo de luz de la ubicación. El relato cubre muchos meses, de forma que entendemos la hostilidad climática de esa zona geográfica, la soledad, el desamparo...El director es exquisito, no enseña la violencia, hace que la intuyamos, con una elegancia aterradora, y cierta perversión en determinadas escenas. El film culmina con un gran escena que resume muy bien el mensaje que quiere pasar el director. 
Esta película ha obtenido el reconocimiento en varios festivales (Venecia 2019, Gijón) y es un valioso documento sobre las atrocidades cometidas en un momento histórico reciente, pero es necesario estar preparado para verla, por la dureza de lo cuenta y la angustia que genera. (Valoración: 7 sobre 10).


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