MY MEXICAN BRETZEL: LA BELLEZA
Nuria Giménez hace su opera prima con esta historia contada de una forma rompedora. Memorias y pensamientos del diario de Vivien Barret, una mujer que vivió en Suiza y viajó por todo el mundo con su marido León Barret.
Nuria Giménez se estrena con una historia rupturista a nivel formal. A partir de gran cantidad de material rodado con cámara de 16mms por sus abuelos a lo largo de varias décadas, la directora compone la historia de un personaje imaginario, Vivien Barret, a lo largo de unos 20 años donde el centro narrativo es la relación con su marido. A partir de extractos del diario de esta mujer, se reconstruye la vida de Vivien y su pareja. La peculiaridad, además del hecho de partir de un material rodado para contar una historia imaginaria, es que no hay diálogos ni voz en off, todo se cuenta con subtítulos. La potencia evocadora de los fragmentos de rodaje casero de los años 40 y 50 y la belleza expresiva de las reflexiones y sentimientos del personaje componen un relato envolvente y magnético. La historia por la carga emocional de los pensamientos de Vivien se podría situar en el melodrama. Intima, poética, con confesiones a corazón abierto como lo es siempre un diario.
Una experiencia diferente para el espectador llena de belleza, sutileza y matices, donde el silencio, la forma de expresarse del personaje y el tipo de imagen atrapan la atención y el alma del espectador. (Valoración: 8 sobre 10).
Nuria Giménez se estrena con una historia rupturista a nivel formal. A partir de gran cantidad de material rodado con cámara de 16mms por sus abuelos a lo largo de varias décadas, la directora compone la historia de un personaje imaginario, Vivien Barret, a lo largo de unos 20 años donde el centro narrativo es la relación con su marido. A partir de extractos del diario de esta mujer, se reconstruye la vida de Vivien y su pareja. La peculiaridad, además del hecho de partir de un material rodado para contar una historia imaginaria, es que no hay diálogos ni voz en off, todo se cuenta con subtítulos. La potencia evocadora de los fragmentos de rodaje casero de los años 40 y 50 y la belleza expresiva de las reflexiones y sentimientos del personaje componen un relato envolvente y magnético. La historia por la carga emocional de los pensamientos de Vivien se podría situar en el melodrama. Intima, poética, con confesiones a corazón abierto como lo es siempre un diario.
Una experiencia diferente para el espectador llena de belleza, sutileza y matices, donde el silencio, la forma de expresarse del personaje y el tipo de imagen atrapan la atención y el alma del espectador. (Valoración: 8 sobre 10).
Comentarios
Publicar un comentario