EL REVERENDO: UN ALMA EN PENA

El director y guionista Paul Schrader ("Afliction") dirige y firma el guión de este drama. Toller (Ethan Hawke) es un pastor evangélico que dirige una iglesia en el norte de USA. Es un hombre destrozado a partir de que su hijo muriera en la guerra de Iraq y su mujer le dejara. Una chica de su congregación (Amanda Seyfried) acude a pedirle ayuda porque su marido no quiere que sigan adelante con el embarazo.
Es poco probable que esta historia resulte atractiva a muchos, dado el tema y el tratamiento tan sombrío con el que se trata, de forma seca y severa. Lo que es indiscutible es la limpieza formal con la que Schrader la dirige y la coherencia absoluta entre fondo y forma. Rodada con una fotografía de colores fríos con dominante gris, los encuadres y escenarios están estudiadísimos, impera lo rectilíneo. Todo respira austeridad, no parece haber vida en nada de lo que vemos. Escenarios y luz son el reflejo del interior del protagonista, un erial, una persona sin más motivación que la inercia, hasta que encuentra un peculiar e inesperado nuevo propósito en su vida.
Ethan Hawke hace un buen trabajo en un personaje complejo porque es alguien con poca capacidad para expresar sus sentimientos, pero con necesidad de auto-conocimiento. Un hombre en una fase donde  necesita explorar su interior y entender hacia donde tirar. El peso de la historia está en él. El director hace numerosos primeros planos donde busca la expresión del actor. Es interesante ver el contraste de Hawke a solas en su monacal habitación escribiendo su diario y verle después interactuando con otros transmitiendo una aparente serenidad y control. Amanda Seyfried ("Chloe", "Mamma mia") tiene un papel secundario pero compensa un poco la aspereza que domina la historia.
Una historia contada con un tono espartano que la hace difícil de digerir. El final es  inesperado. (Valoración: 6 sobre 10).






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