CARMEN Y LOLA: LA BELLEZA DE LA SENCILLEZ

Arantxa Echevarría ("Cuestión de pelotas") una directora con bagaje en los cortos y el documental hace su primer largo de ficción, trabajo que le ha valido ser la primera directora de cine española seleccionada en la Quincena de Realizadores de Cannes. Lola (Zaira Morales) es una chica gitana de 17 años que estudia y quiere tener una vida distinta a la que sería la tradicional para una joven de ese colectivo. Conoce a Carmen (Rosy Rodríguez) y enseguida comienza a gustarle.
La historia se centra en el amor entre Carmen y Lola y su impacto en una cultura ancestral. La directora hace una inmersión en las tradiciones de los gitanos en un formato donde se nota para bien su oficio en el documental por la autenticidad que respira cada plano. Echevarría pone de relieve el poco terreno ganado por la mujer en el colectivo gitano. Los dos personajes que plantea nos dejan ver a dos chicas muy diferentes. Lola a la que le gusta estudiar y quiere prepararse para tener una profesión y Carmen, que antes de verse sorprendida por este amor que da un vuelco a su vida, seguía la tradición de prometerse con un chico. Es alguien conformista que no se hace muchas preguntas y que de repente se enamora de otra chica, algo que para los gitanos es la aberración de aberración. Lo más interesante de la historia es por una parte la transformación de este personaje y por otra, la manera tan bonita como se cuenta el proceso de enamoramiento de las dos chavalas, con escenas tan logradas como la de la piscina.
Las dos actrices son un descubrimiento, sobre todo considerando las dificultades de encontrar gitanos que quisieran atreverse a participar en una película con este mensaje tan poco bien recibido en su comunidad. Las dos chicas son guapas y con personalidad, pero sobre todo son muy naturales. Hay mucha complicidad entre las dos actrices que comparten escenas tratadas con gusto y sensibilidad, más centradas en el cariño que en lo sexual. Es un amor puro y blanco que surge entre dos chicas sin casi experiencia previa. Además de ellas dos, hay un personaje precioso muy bien interpretado, el de la madre de Lola, una mujer analfabeta, que es todo corazón y que como toda madre (eso es igual en todas las culturas) se rompe pensando en las consecuencias del amor de su hija.
Una historia bonita, contada de forma muy limpia y sencilla que toca el tema del amor homosexual en un entorno especialmente hostil. Se une a algunos otros buenos títulos recientes que tratan este tema como  "Tierra de Dios" donde el amor homosexual de dos chicos se desarrollaba en el medio rural, un ambiente también muy conservador. (Valoración: 7.5 sobre 10). 









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