AD ASTRA: EXCESO DE INTROSPECCION
James Gray ( "El sueño de Ellis”, "Z: la ciudad perdida”) firma el guión y dirige este film. Roy (Brad Pitt) es un astronauta hijo de un héroe, el veterano Cliff McRide (Tommy Lee Jones) , también astronauta, desaparecido en una misión. A Roy le asignan un trabajo que tiene como fin intentar garantizar la supervivencia humana.
En los últimos tiempos se han hecho grandes películas del espacio con un fuerte contenido filosófico. "Interestelar", "La llegada", han sido títulos donde se trataban cuestiones familiares enfrentadas al deber, se ponía a sus protagonistas en disyuntivas complejas, donde lo emocional era más importante que la ciencia ficción entendida desde los efectos especiales. Una fusión de drama con ciencia ficción que no tenía tanto que ver con impactar al espectador con un mundo futuro sorprendente, sino con plantear distopías o un mundo al borde de la desaparición.
En este caso Gray continua en su línea de profundizar en los personajes y sus sufrimientos vitales llevando el drama a sus últimos confines. Es un trabajo filosófico y de introspección a la "El árbol de la vida"de Malick. Hay que reconocer lo interesante del punto de partida: colocar a una persona con una herida emocional abierta, en el espacio. ¿Qué situación puede ser más extrema?, ¿dónde puede un ser humano sentirse más pequeño, más vulnerable, más solo?. .. Sin embargo, el drama existencial de Pitt se lleva con tal lentitud, prácticamente teniéndole solo a él en pantalla y su voz en off para transmitir sus pensamientos, que es fácil desengancharse de la historia, incluso llegar a perder la paciencia.
Pese a esta monocromía, hay dos aspectos más que positivos en la película. Por una parte la elección de Pitt y por otra la belleza y plasticidad del film. Pitt, del que acabamos de disfrutar en “Erase una vez... Hollywood” regresa de nuevo con una actuación sobria y madura. Un hombre desagarrado por la desaparición de su padre, algo que le incapacita para construir relaciones. Pitt además, produce el film como ya lo hizo en la anterior película de Gray.
Un trabajo con un planteamiento inteligente, extremar la desolación de un hombre situándolo en una misión en el espacio, pero con un desarrollo monocorde. Para disfrutarla es bueno ir mentalizado sobre este punto. (Valoración: 6 sobre 10).
En los últimos tiempos se han hecho grandes películas del espacio con un fuerte contenido filosófico. "Interestelar", "La llegada", han sido títulos donde se trataban cuestiones familiares enfrentadas al deber, se ponía a sus protagonistas en disyuntivas complejas, donde lo emocional era más importante que la ciencia ficción entendida desde los efectos especiales. Una fusión de drama con ciencia ficción que no tenía tanto que ver con impactar al espectador con un mundo futuro sorprendente, sino con plantear distopías o un mundo al borde de la desaparición.
En este caso Gray continua en su línea de profundizar en los personajes y sus sufrimientos vitales llevando el drama a sus últimos confines. Es un trabajo filosófico y de introspección a la "El árbol de la vida"de Malick. Hay que reconocer lo interesante del punto de partida: colocar a una persona con una herida emocional abierta, en el espacio. ¿Qué situación puede ser más extrema?, ¿dónde puede un ser humano sentirse más pequeño, más vulnerable, más solo?. .. Sin embargo, el drama existencial de Pitt se lleva con tal lentitud, prácticamente teniéndole solo a él en pantalla y su voz en off para transmitir sus pensamientos, que es fácil desengancharse de la historia, incluso llegar a perder la paciencia.
Pese a esta monocromía, hay dos aspectos más que positivos en la película. Por una parte la elección de Pitt y por otra la belleza y plasticidad del film. Pitt, del que acabamos de disfrutar en “Erase una vez... Hollywood” regresa de nuevo con una actuación sobria y madura. Un hombre desagarrado por la desaparición de su padre, algo que le incapacita para construir relaciones. Pitt además, produce el film como ya lo hizo en la anterior película de Gray.
Un trabajo con un planteamiento inteligente, extremar la desolación de un hombre situándolo en una misión en el espacio, pero con un desarrollo monocorde. Para disfrutarla es bueno ir mentalizado sobre este punto. (Valoración: 6 sobre 10).
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